El complejo escenario económico internacional, y de Grecia, no es un fenómeno de 2011. La decadencia económica helena tuvo lugar tras la crisis Sub Prime de 2008, en donde a raiz de la inestabilidad estadounidense, los griegos generaron una deuda que recién se tornó preocupante a principios de 2010.

La situación estalló en el momento que descubrieron que el Gobierno de Atenas ocultó los estados macroeconómicos del país durante varios años, donde se denotaba la creciente deuda que sostenían, la cual superó ampliamente el promedio de gasto de la Unión Europea.

Producto de esto, el Gobierno del país heleno debió relizar una serie de recortes en el sector público, lo que ha provocado importantes manifestaciones y disturbios en Grecia desde el comienzo de la crisis.

En abril de 2010 el Gobierno solicitó un primer “rescate” a la Unión Europea, el cual no fue suficiente y obligó a pedir este 2011 otro préstamo que provoca una gran discusión entre la UE y el FMI, ante la intención de abandonar al gobierno de Atenas para que declare la quiebra de forma definitiva.

Deuda Griega | Wikipedia

Deuda Griega | Wikipedia

A consecuencia de esto, la estabilidad económica mundial queda en riesgo, y Chile no queda exento de ello. Según Gonzalo Martner, ex embajador de Chile en España y académico de la Universidad de Santiago de Chile, la crisis griega sólo afectaría a Chile si colapsan los sistemas bancarios.

En cuanto a los posibles coletazos que la “crisis” podría traer para la economía nacional, Martner sostuvo que el peligro es menor, precisando que “por el momento la está golpeando en un sentido no tan negativo, que es el fortalecimiento del dólar frente a la moneda europea, que significa que el peso chileno frente al dólar va teniendo una evolución que favorece a nuestras exportaciones por el momento”.

“Creo que por ahora no hay ningún dato que no sea la transmisión de una sensación de inestabilidad en todo el mundo, caídas en las bolsas, pero al mismo tiempo Chile no tiene ninguna posibilidad de sufrir muy intensamente los efectos de lo que está pasando con Grecia y España. Otra cosa sería, por supuesto, que entrasen en situación de crisis los sistemas bancarios de diversos países europeos, que es tal vez lo que más temen hoy en día los mercados, y eso podría generar una nueva recesión, que nos afecta con caídas en los precios del cobre y nos afecta en la capacidad de poner nuestros productos”, explicó Martner.

Finalmente, no se puede negar que pese a que autoridades han salido a calmar las especulaciones, lo cierto es que las bolsas de las principales potencias económicas presentan constantes caídas a raíz de la crisis.