El ministro brasileño de Trabajo, Carlos Lupi, afirmó el lunes que se mantiene en el cargo pese a la denuncia de corrupción divulgada por la prensa contra uno de sus asesores.

“El cargo está siempre a disposición de la presidenta (Dilma Rousseff). Ahora, yo soy un hueso duro de roer. Quiero ver hasta dónde llega esta ola de denuncias”, declaró Lupi al canal O Globo.

El pasado fin de semana, la revista Veja vinculó al asesor especial del ministro, Anderson Alexandre dos Santos, con una presunta red de sobornos a organizaciones no gubernamentales (ONG) que suscribieron contratos con el ministerio de Trabajo.

Esta denuncia se enmarca en una serie de escándalos de corrupción sin relación entre sí que han costado el puesto a cinco ministros en los últimos cinco meses.

El caso más reciente forzó la salida, a finales de octubre, de Orlando Silva, responsable de la cartera de Deportes y de la organización de la Copa del Mundo de fútbol 2014.

Lupi, del Partido Demócrata Laborista (PDT, izquierda) que forma parte de la coalición de gobierno, apartó de sus funciones a dos Santos y ordenó una investigación.

“Quiero que se investigue con profundidad y se capture al corrupto y al corruptor”, afirmó el funcionario, que se mostró muy tranquilo ante el escándalo, que hasta el momento no lo implica directamente.

A raíz de las irregularidades denunciadas en varios ministerios, el gobierno brasileño suspendió por un mes los pagos a ONG y ordenó investigar los convenios oficiales suscritos con esas organizaciones.

Existen entidades sin ánimo de lucro que son poco investigadas y que fueron “creadas para recibir el dinero público” en favor de partidos o políticos, dijo recientemente el secretario general de la ONG Contas Abertas, Gil Castello Branco, a la AFP.