Los negociadores que trabajan en la formación de un nuevo gobierno federal en Bélgica confirmaron este domingo que llegaron a un acuerdo para que el país abandone la energía nuclear a partir de 2015, aunque no precisaron un calendario para el cierre de las centrales.

Tras dos días de intensas discusiones, viernes y domingo, los negociadores, bajo la dirección de Elio Di Rupo, jefe del partido socialista francófono encargado de formar el futuro gobierno y presumible primer ministro a partir de noviembre, confirmaron un principio de acuerdo para el cierre de las siete centrales nucleares en servicio en el país, tal como preveía ya una ley de 2003.

“Nos hemos puesto de acuerdo sobre el hecho de volver a la ley de 2003, dijo a la AFP Frédéric Cauderlier, portavoz del Movimiento Reformista (liberal), “pero hace falta que el país se dote de un plan de suministro estratégico”.

El nuevo gobierno elaborará, en el plazo de seis meses desde que tome posesión, un plan que permita reemplazar las actuales centrales nucleares por nuevas fuentes de energías renovables.

El debate sobre el futuro de la energía nuclear fue relanzado en Bélgica a raíz del accidente de Fukushima, en Japón, en marzo pasado.

En 2003, bajo el impulso de los partidos ecologistas entonces presentes en el gobierno, el Parlamento belga decidió el cierre progresivo, entre 2015 y 2025, de los siete reactores nucleares en funcionamiento en el país.

Mientras que en 2009, ante la falta de una alternativa viable, el gobierno de Herman Van Rompuy prorrogó por 10 años el periodo de explotación de las tres centrales más antiguas, que debían cerrar en 2015.

Pero finalmente la caída del gobierno en abril de 2010 y la posterior crisis política que ha impedido hasta ahora la formación de un nuevo gobierno, imposibilitó que el Parlamento aprobase ese acuerdo.