Al menos 63 personas murieron y un centenar resultaron heridas en el noreste de Nigeria en una serie de ataques reivindicados por la secta islamista Boko Haram contra comisarías de policía e iglesias.

“Hemos confirmado 63 muertos”, declaró un responsable de la Cruz Roja, que pidió el anonimato.

Un miembro de Boko Haram reivindicó este sábado los últimos ataques efectuados con explosivos el viernes por la noche, y amenazó con seguir atacando objetivos del gobierno.

“Somos responsables de los ataques en Borno (estado cuya capital es Maiduguri) y Damaturu”, afirmó por teléfono a la AFP este miembro de la secta, Abul Qaqa.

“Vamos a seguir atacando blancos del gobierno federal mientras las fuerzas de seguridad sigan persiguiendo a nuestros miembros y a civiles vulnerables”, añadió este responsable de Boko Haram.

El nordeste de Nigeria, país más poblado de África con más de 160 millones de habitantes, suele ser escenario de ataques perpetrados por combatientes de la secta islamista Boko Haram. Dos suicidas se inmolaron el viernes cerca de una base militar en Maiduguri.

Uno de los ataques perpetrados el viernes en la ciudad de Damaturu, en el nordeste de Nigeria, es obra de un suicida que empotró su coche repleto de explosivos contra un edificio de la policía, afirmó este sábado a la AFP un jefe local de las fuerzas de seguridad.

“Era un ataque suicida con bomba contra uno de nuestros edificios. El atacante llegó a bordo de un Honda CRV, se estrelló contra el inmueble y estallaron los explosivos”, declaró por teléfono el jefe de la policía del estado de Yobe, Suleimon Lawal.

La policía se encuentra en máxima alerta en todo el territorio.

El norte de Nigeria está poblado sobre todo por musulmanes que coexisten con una minoría de cristianos, mayoritarios a su vez en el sur.

Boko Haram reivindicó el atentado suicida contra la sede de la ONU en Abuja el 26 de agosto, en el que murieron 24 personas.