Grecia está negociando con la zona euro el pago de aquí a “fines de febrero” de 80.000 millones de euros, como parte del plan de salida de crisis adoptado el 27 de octubre en Bruselas, indicó este viernes el ministerio griego de Finanzas.

Esa suma es necesaria “para la aplicación del PSI (programa de intercambio de obligaciones griegas en manos de acreedores privados), la recapitalización del sistema bancario griego y el primer tramo del nuevo préstamo” de 100.000 millones de euros prometido por la Eurozona para evitar la quiebra del país, indicó el ministerio en el texto.

El total necesario para garantizar “el rescate de la economía griega” es de “80.000 millones de euros”, añade el comunicado.

Esta suma elevada se debe a que el acuerdo de Bruselas incluye las garantías a los bancos a cambio de que acepten perder el 50% del valor de casi un tercio de la deuda pública griega en sus manos, y 30.000 millones para garantizar la recapitalización de los bancos griegos.

El ministerio invoca el carácter crucial de esta negociación porque -recalca- el país debe poder “estar representado de forma completamente válida y ofrecer garantías políticas necesarias” durante la próxima reunión del Eurogrupo prevista el lunes en Bruselas.

Estas garantías griegas serán necesarias “para el pago a tiempo del sexto tramo, de 8.000 millones de euros” del primer préstamo de 110.000 millones otorgado al país en mayo de 2010.

Grecia necesita estos fondos antes del 15 de diciembre para evitar la suspensión de pagos, advirtió el jueves el ministro.

Los acreedores suspendieron por el momento el pago de los fondos después de que Atenas anunciase el lunes su intención de someter a referéndum el plan anticrisis, que estremeció la zona euro y desató una crisis política en Grecia.

Este viernes el gobierno griego se juega su supervivencia en una moción de confianza en el parlamento.

Ante el revuelo montado dentro y fuera del país, Grecia anunció oficialmente este viernes por la mañana, por boca su ministro de Finanzas Evangelos Venizelos, que renunciaba al referéndum