Apenas seis semanas después de su nacimiento, el movimiento “Ocupemos Wall Street” (OWS) ya pidió registrar su nombre como marca ante la batalla desatada para aprovechar el atractivo que ven algunos en la venta de productos con ese lema.

El movimiento nacido en Nueva York suscita tanto interés por las temáticas que aborda -crecientes desigualdades, poder del mundo de la finanzas- como por los ingresos que puede generar a partir de derivados como las camisetas, gorras bolsos con su nombre.

El 24 de octubre, los activistas de OWS, que acampan desde mediados de septiembre en la plaza Zuccotti cerca de Wall Street, decidieron presentar una demanda para registrar el nombre del movimiento ante la agencia gubernamental estadounidense de marcas y patentes.

“Hay varias organizaciones que intentan quedarse con la marca ‘Occupy Wall Street’”, explicó a la AFP el abogado a cargo del tema, Samuel Cohen.

El movimiento presentó su demanda “puramente a título defensivo, para estar seguros de poder continuar utilizando su nombre sin tener que luchar contra otras organizaciones”, agregó.

En efecto, otras personas, sin vínculo alguno con OWS, ya han presentado pedidos para registrar la marca.

Entre ellos está una pareja de Long Island (sureste del Estado de Nueva York), Diane y Robert Maresca, que pretenden utilizar la marca para camisetas, gorras, paraguas, bolsos de deporte y mochilas, entre otros productos.

Robert Maresca afirmó haber tenido la idea tras el éxito de las camisetas impresas de manera artesanal y distribuidas -a cambio de una donación- en la plaza Zuccotti.

Unas pocas horas antes de que OWS presentase su demanda, Vincent Ferraro, dueño de Fer-Eng, una empresa basada en Arizona (suroeste de Estados Unidos), también pidió registrar la marca para utilizarse con propósitos similares.

“No estoy vinculado de ningún modo con OWS. Estoy en el sector empresarial. Y la información, ya sea a través de marcas registradas, nombres de sitios internet o datos analíticos, es la riqueza del siglo XXI”, precisó Ferraro en una carta de demanda.

En forma contraria a sus competidores, Ocupemos Wall Street, que también menciona las camisetas y bolsos en su pedido, “ya utiliza” la marca, destacó Samuel Cohen.

Los activistas tienen un diario, producen camisetas en forma artesanal y también tiene un sitio en internet, agregó. “Estamos muy confiados” en que la demanda de OWS sea retenida, dijo.

En la plaza Zuccotti son pocos los que están al tanto de esta iniciativa, y algunos no ocultan su desaprobación.

“Muy bien, pero no es mi problema”, declara Sam McBee ante una gran cartel que denuncia las muertes en Irak y Afganistán.

“Es estúpido. Es un movimiento político, no un negocio”, critica de su lado un “responsable” que no quiso revelar su identidad.

“De manera simbólica esto le hace mal al movimiento”, estima otro activista.

Habrá que esperar entre cuatro y cinco meses para tener una respuesta, según Samuel Cohen.

Vista la falta de previsibilidad del movimiento, nadie sabe qué sucederá hasta ese momento.