Más de dos millones de musulmanes iniciarán el viernes los ritos de la peregrinación anual a La Meca, el mayor agrupamiento humano del mundo, que plantea a las autoridades saudíes un enorme reto logístico.

“Movilizamos todos los medios para prevenir todo atentado (a la seguridad) de cualquier peregrino o grupo de peregrinos”, afirmó el martes el nuevo príncipe heredero de Arabia Saudita, Nayef ben Abdel Aziz, en La Meca, ciudad situada en el oeste del país.

El príncipe Nayef, ministro del Interior y presidente de la alta comisión de la hajj (peregrinación), asistió a un desfile de las fuerzas de seguridad y de la defensa civil, que movilizarán 100.000 hombres para garantizar la seguridad de la peregrinación.

Unidades e las fuerzas especiales, incluyendo unidades antimotines y de lucha contra el terrorismo, realizaron un ejercicio de intervención de socorro con apoyo de helicópteros.

El principal rito de la peregrinación tendrá lugar el sábado, cuando los fieles convergen hacia el monte Arafat, cerca de La Meca. La Aid Al Adha, la fiesta del sacrificio, que pone fin a la hajj, será celebrada el domingo.

La seguridad es la preocupación principal de los saudíes, que se consideran los guardianes de los dos principales lugares santos del Islam, La Meca y Medina.