Un 70% de avance alcanza la demolición de los pisos superiores de la Torre O’Higgins. Al cumplirse el plazo, el MOP evaluará la factibilidad de permanencia de los 11 niveles inferiores que quedarán en pie.

Las obras incluyen los últimos 10 niveles, y al acercarse el término de este proceso, comienzan a asomarse con fuerza una serie de temáticas que involucran a los propietarios, la Inmobiliaria Camilita y al MOP.

El primer informe de la Dirección de Investigaciones de la Universidad Católica, Dictuc, arrojó que la torre tenía fallas de construcción y estructurales. Además calificó el suelo como tipo III y no II, como lo indicara el estudio original, previo a la contrucción del edificio.

Esto significa que los terrenos son más blandos y suponen una menor firmeza ante eventos sísmicos, por otro lado, apunta a una eventual responsabilidad de la constructora, respecto al colapso de la torre por la deficiencia en la calificación del suelo.

Con estos antecedentes, lo que viene ahora es evaluar la situación en que quedarán los 11 primeros pisos, tal como lo recomienda el Dictuc al plantear que es riesgoso que estos permanezacan por los defectos constructivos. Al menos esa es la parte que le compete al MOP, indicó el seremi de la cartera, Osvaldo Diaz, enfatizando que el procedimiento no puede hacerse antes de finalizar las obras.

Para los propietarios de las oficinas del emblemático edificio contruido en 2009, ha sido un proceso largo, burocrático y doloroso. Por ahora esperan que se hagan más estudios para resolver lo que pasará con los pisos inferiores, explicó Marcos Vidal, presidente del comité propietarios.

Pese a todo, los propietarios continúan por la via judicial para establecer responsabilidades. Pero también esperan lograr alguna resolución extrajudicial, con compesaciones económicas que reparen en parte lo que perdieron.