Esta semana debería empezar a funcionar la mesa de trabajo entre el Ministerio de Economía, el Servicio Nacional del Consumidor, la Superintendencia de Salud y las clínicas, para analizar la diferencia de precios de estos centros privados.

El objetivo es buscar fórmulas para que las personas puedan cotizar fácilmente los valores de las prestaciones, cuando se trata de cirugías o consultas que pueden programar con antelación.

Esto porque el argumento de que la diferencia “de hasta un 2000% en los precios” se debe a la calidad de las clínicas no convence al Gobierno, que cree que están sobreinvirtiendo en tecnología que no es necesaria.