Primero, como suele suceder, marcharon los estudiantes secundarios, que se trasladaron sin inconvenientes y en completa calma por las calles de Concepción, hasta que llegaron al frontis de la Municipalidad de Concepción.

Allí, los lienzos se direccionaron hacia el ingreso por la Avenida O’Higgins, a lo que siguió el lanzamiento de huevos y pintura al edificio municipal penquista.

La secretaria ejecutiva de la Fesec Concepción, Nicole Bravo, explicó las razones de esta acción.

Posteriormente, volvieron los secundarios hasta la Plaza Independencia, tomándose por momentos la Avenida O´Higgins en distintos puntos.

Fue en ese momento, a la altura de los Tribunales, que se encontraron con la marcha de estudiantes de la Universidad de Concepción, con quienes formaron una sola columna, que se desplazó de vuelta hacia el centro y que dejó consignas y rayados por doquier en instituciones financieras y bancos, la sede de la UDI que es el centro de operaciones del diputado Enrique Van Rysselberghe, el Diario Mercurio, La Polar y las farmacias.

La idea de los universitarios es retomar con la ciudadanía los temas que se han colocado sobre la mesa, develar el rol del parlamento, el posicionamiento de los partidos políticos y la intransigencia de las autoridades.

Así lo sentenció el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, Guillermo Petersen, quien envió un mensaje también a los rectores.

Llama la atención que el corte tradicional del tránsito se realizara en la intersección de las calles Víctor Lamas con Tucapel, justo donde está la tienda de la ex alcaldesa y ex intendenta de Concepción, Jacquelinne Val Rysselberghe.

De manera que esta vez, en la puerta de la nueva boutique, había un carro lanza aguas, un carro lanza gases y una micro de fuerzas especiales.

En fin, una parte del procedimiento policial, que puede ser curioso o no, pero que estuvo dispuesto para esta que podríamos llamar la “marcha de los rayados”.