El asesinato de 41 candidatos desde febrero y la reciente muerte de 20 militares configuran una antesala de violencia a las regionales del domingo en Colombia, en las que se elegirán 32 gobernadores y 1.103 alcaldes, así como asambleas departamentales y concejos municipales.

Un estudio de la ONG Misión de Observación Electoral (MOE) registró entre el 2 de febrero y el 20 de octubre un total de 157 hechos de violencia contra candidatos, de ellos 41 fueron asesinatos, 87 amenazas, 22 atentados y 7 secuestros.

Según la MOE “el incremento de los hechos de violencia frente a los comicios regionales de 2007 asciende al 5%. La diferencia sustancial se ha presentado en los asesinatos, con un aumento del 52%”.

Los hechos de violencia contra candidatos se presentaron principalmente en provincias como Antioquia (noroeste), Córdoba (norte), César y La Guajira (norte), Meta (este), Norte de Santander (noreste) y Valle (suroeste), donde guerrillas y bandas de ex paramilitares aliados con narcotraficantes ejercen una fuerte presión.

“La violencia de estos grupos combinada con la sofisticada penetración en campañas políticas amenaza con desembocar en un nuevo fenómeno de corrupción y manipulación”, dijo a la AFP Alejandra Barrios, directora de la MOE.

“Tenemos 66 reportes sobre presunto financiamiento ilegal (de campañas) y 246 sobre supuestos vínculos (de candidatos) con grupos armados. Sin embargo creemos que pueden duplicarse y triplicarse las cifras”, refirió Barrios, al señalar que “la infiltración en las campañas es difícil de evaluar, porque el patrocinio es silencioso, a través de terceros”.

“Incluso ocurre que cuando ya es electo el funcionario, lo presionan para que cumplan sus exigencias. Puede que en la campaña no tenga ninguna relación con un grupo armado, pero en su ejercicio lo presionan, amenazan y lo asesinan si no les cumple con la cuota”, indicó Barrios.

Expertos señalan que a diferencia de los comicios de 2007 y 2003, esta vez las guerrillas izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN) no promueven la abstención, sino que buscan influir en la elección.

“Modificaron su modus operandi para penetrar las campañas políticas con el objetivo de asegurar su injerencia en zonas estratégicas y defender su financiación”, dijo a la AFP León Valencia, director de la ONG Corporación Nuevo Arco Iris, que estudia el conflicto colombiano.

Tanto guerrillas como bandas de ex paramilitares y narcotraficantes “buscan fortalecer su presencia en zonas de plantaciones de hoja de coca y conservar su dominio de corredores estratégicos que les permitan el transporte de cocaína hacia el exterior a través del océano Pacífico y el mar Caribe”, precisó.

“Otro objetivo de controlar a los funcionarios electos es acceder a los recursos y regalías petroleras que se destinan para municipios. Además, presionando, amenazando o controlando al candidato de su preferencia, continuarán sus actividades delictivas de secuestro, extorsión y asesinatos”, aseveró.

Paralelamente, al acercarse el día de las votaciones, las FARC intensificaron sus ataques, con saldo de 20 militares muertos el pasado fin de semana.

Según Nuevo Arcoiris, las acciones armadas de las FARC se incrementaron un 10% en el primer semestre de 2011 (1.115 acciones armadas) con respecto al primer semestre de 2010 (1.012 acciones armadas). Además han trasladado sus ataques de áreas rurales a zonas urbanas.

Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos sostiene que esta campaña es más tranquila que la de 2007 y que los hechos de violencia han disminuido, al pasar de 116 hace cuatro años a 97 en 2011, según sus cifras.

“Tengan los colombianos la plena seguridad de que nuestra fuerza pública va a garantizar que nuestra democracia funcione el próximo domingo”, dijo el mandatario, al anunciar el despliegue de 300.000 militares y policías que deberán garantizar la seguridad en el país ese día.