Los países pobres deben saltar las etapas intermedias y pasar directamente a la economía digital si quieren alcanzar los objetivos de desarrollo establecidos por las Naciones Unidas, afirmaron industriales y dirigentes políticos reunidos en Ginebra.

“Sin la e-salud o la e-educación, no lograremos alcanzar los objetivos del Milenio”, en materia de educación, de salud de las mujeres y los niños o de lucha contra el paludismo y el sida, aseguró el secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Hamadoun Touré.

Durante el foro organizado hasta el jueves por esta institución especializada de la ONU, el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, así como el ministro de economía numérica de Gabón, Paul Ndong Nguema, hablaron de la importancia que sus gobiernos otorgan a la tecnología digital, y presentaron las iniciativas de desarrollo de las redes ya realizadas o en curso.

El director del principal operador de telefonía mundial, China Mobile, Wang Jiangzhou, exhortó a utilizar las tecnologías más recientes para “acelerar el proceso del desarrollo”.

“En lugar de pasar del teléfono fijo al móvil, o del ordenador personal a las tabletas, podríamos obviar algunas fases por las que pasaron los países occidentales y llegar directamente a la banda ancha”, es decir a las redes de alta velocidad, dijo, recalcando que esas tecnologías sofisticadas son más baratas que las soluciones ya experimentadas.

No obstante, la tecnología no lo hace todo, y debe ser adaptada a los usos y servicios que necesitan realmente esos países.

Para el director general del operador mexicano Telmex Internacional, Oscar von Hauske Solis, “es necesario concentrarse en las aplicaciones que necesitan realmente las personas de escasos recursos. Por ejemplo, un campesino quiere conocer las previsiones meteorológicas, el precio de las materias primas. Debemos simplificar los aparatos y las aplicaciones para que estén al alcance de todos”.

“El teléfono portátil se convierte en la principal herramienta en la revolución de la prevención”, indicó de su lado el director ejecutivo de Onusida, Michel Sidibe. “Pero si queremos llegar a toda la población, las tecnologías deben ser simples”, recalcó.

Por otra parte, queda el obstáculo de la lengua. El presidente del operador de telecomunicaciones en los Emiratos Arabes Unidos, Osman Sultan, criticó la hegemonía de la lengua inglesa en las redes. Para ser verdaderamente útil, la web deberá saber comunicar en las lenguas vernáculas de los países en vías de desarrollo. Para ello “se necesitará una voluntad política”.

Los países de África, Asia y América Latina han visto surgir nuevas aplicaciones informáticas, adaptadas a las necesidades de los consumidores de los países pobres, que además fomentan el desarrollo de las redes digitales, desde el wi-fi al teléfono portátil.

En Uganda “basta ahora un teléfono móvil y una impresora, sin tener incluso acceso a internet, para obtener los resultados de los análisis de un recién nacido en dos semanas, cuando antes había que esperar tres meses”, dijo el director de ONUSIDA.

En Kenia, las personas que poseen teléfonos portátiles pueden girar pequeñas sumas de dinero gracias a sus aparatos, sin tener obligatoriamente cuentas bancarias.

A otra escala, el Estado indio lanzó recientemente tabletas digitales destinadas a los estudiantes a un precio récord de 35 dólares.