Los dirigentes europeos aumentan la presión al jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, para que ponga la economía de su país en orden y cumpla con sus promesas de equilibrar el presupuesto, durante reuniones este domingo al margen de una cumbre europea.

El mandatario italiano debió reunirse la mañana de este domingo con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, antes del inicio de la cumbre de dirigentes europeos, en momentos en que Roma está bajo presión creciente de sus socios para reducir su déficit.

“Nunca perdí un examen en mi vida”, dijo Berlusconi airoso a la salida de la reunión.

Pero varios diplomáticos coincidieron en que Berlusconi está perdiendo credibilidad entre sus socios europeos, quienes le sugieren que siga el ejemplo de España, que ha tomado drásticas medidas de austeridad para paliar el déficit de sus cuentas.

“Creo que lo mismo se debe hacer en Italia con el apoyo de la población italiana”, dijo el primer ministro de Suecia Fredrik Reinfeldt, un país que no integra la Eurozona y que ha sido puesto como ejemplo por haber logrado con éxito equilibrar su economía.

“Tienes mucho que ganar si emprendes las reformas estructurales correctas,” dijo Reinfeldt.

Italia suscita la irritación creciente de sus socios europeos que dudan de la capacidad del gobierno de Berlusconi para mantener sus finanzas bajo control y teme que el país provoque una crisis grave en la Eurozona.

En las últimas horas, crecen cada vez más los temores de que Italia sea la próxima víctima en ser arrastrada por la crisis, que ya golpeó a Grecia, Irlanda y Portugal. “La idea es presionar a Berlusconi”, señaló un diplomático.

El descontento aumenta en momentos en que la zona euro busca proteger a Italia y a España del contagio de la crisis de la deuda, reforzando la capacidad de intervención del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, el FEEF.

En el ojo de mira de los mercados, Italia adoptó en julio y en septiembre medidas de austeridad que deberían permitir al país alcanzar el equilibrio presupuestario para 2013 y reducir su colosal deuda de 1,9 billones de euros (120% del PIB).

Ya la semana pasada la Comisión Europea presionó a Italia para que inicie su programa de recortes en el gasto público y reformas estructurales “de manera urgente”.

Bajo una gigantesca presión, el mandatario italiano se reunió con la canciller alemana el sábado. Al ser interrogado si había logrado convencer a Merkel, respondió: “creo que sí”.

Antes participó en una reunión de dirigentes conservadores en Bruselas. Allí Berlusconi presentó su plan de austeridad, recientemente aprobado por el Parlamento italiano.

Sin embargo uno de los participantes en la reunión señaló que Berlusconi se mostró “muy reservado” sobre las medidas que piensa poner en marcha.

Otro participante de la reunión dijo a la AFP que dirigentes europeos cuestionaron la capacidad de Italia para poner en marcha su plan de austeridad prometido para equilibrar el presupuesto en 2013, que incluye la adopción de medidas de ajuste draconianas.

Después de Standard and Poor’s a finales de septiembre, las dos otras grandes agencias de calificación financiera, Moody’s y Fitch, bajaron la semana pasada la nota soberana del país.

Los empresarios europeos están también muy preocupados.

El director general de la federación de Confindustria, Giampaolo Galli, advirtió a comienzos de este mes sobre una “alarma de tsunamis” financieros y problemas para obtener créditos.

Berlusconi, que acaba de cumplir 75 años, está sumamente debilitado en su país por una serie de escándalos, luego de que fuera acusado de haber pagado los servicios sexuales de una menor de edad, Ruby, apodo de Karima El Mahroug, de nacionalidad marroquí.

Lo juzgan asimismo por abuso de poder por haber intervenido ante la policía de Milán para que Ruby fuera liberada luego de haber sido detenida por un presunto robo.