Diez personas murieron en violentos enfrentamientos este sábado en Saná entre las fuerzas del presidente yemení Ali Abdalá Saleh y sus adversarios, horas después de que una resolución de la ONU pidiera al jefe de Estado que abandone el poder.

Cinco civiles murieron en el barrio Al Hasaba (norte de la capital) en combates entre las fuerzas de Saleh y los hombres del poderoso jefe tribal Sadek al Ahmar, que se unió a las protestas, según fuentes médicas.

Cinco militares que forman parte de las unidades que se unieron a las protestas también murieron, según fuentes médicas y militares.

Según el corresponsal de la AFP y testigos, varias explosiones retumbaron en diversos barrios de la ciudad, mientras se elevaban columnas de humo de los lugares donde las tropas fieles al presidente se enfrentaban con los opositores.

En el barrio de Al Hasaba las ambulancias se sucedían para evacuar a los heridos, según el corresponsal de la AFP.

También se registraron combates cerca de la Plaza del Cambio, en donde acampan miles de manifestantes que reclaman la partida del presidente. Las tropas fieles a Saleh se enfrentan allí a los soldados de la 1ª división blindada del ejército que se unió a las protestas, según testigos.

Este rebrote de violencia se produce poco después de que el Consejo de Seguridad acentuara su presión sobre el presidente Saleh y adoptara el viernes por unanimidad una resolución en la que se le pide que abandone el poder y ponga fin a la represión de las manifestaciones.

La resolución, aprobada por unanimidad de los 15 miembros del cuerpo, “condena enérgicamente” la violencia gubernamental contra los manifestantes y apoya el plan de paz del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) que prevé la partida de Saleh y una transición pacífica del poder.

La represión de las protestas en Yemen ha dejado al menos 861 muertos y 25.000 heridos desde el mes de enero. Alí Abdalá Saleh ejerce el poder desde hace 33 años.