“El problema no se remite únicamente al ataque sufrido por mi sede parlamentaria, sino en la incomprensible incitación a la violencia y el desorden por parte de dirigentes sindicales. Situaciones de este tipo representan un riesgo para la ciudadanía que no podemos permitir”.

Bajo este argumento, el diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Enrique van Rysselberghe, ingresó al Parlamento un proyecto de ley que pretende agravar las sanciones en contra de aquellos dirigentes sindicales que participen en actos de violencia, ya sea a personas o daños a la propiedad pública y privada.

De acuerdo al parlamentario,el ataque perpetrado el 11 de octubre por un grupo de jóvenes -según el legislador- pertenecientes a los partidos comunista y socialista en contra de la sede parlamentaria de Van Rysselberghe, habría sido encabezadp por el presidente Regional de la Central Unitaria de Trabajadores en Concepción, Alex Iturra, lo que a juicio del parlamentario gremialista resulta “incomprensible” y “repudiable”.

“Las funciones sindicales tienen como objetivo defender los intereses de los trabajadores y no realizar activismo político ni actos de violencia contra las personas. Todos quienes tenemos un cargo de representación debemos ser particularmente cuidadosos en no caer en acciones que atenten contra la seguridad de las personas y que vayan en contra del pluralismo y la diversidad de opiniones que existen en nuestro país, situación que en el caso de los parlamentarios está prevista con la pérdida del cargo”, subrayó.

En concreto, el texto legal establece como circunstancia modificatoria de la responsabilidad penal, constituyendo como agravante de la misma, las acciones de dirigentes sindicales que en el ejercicio de su cargo participen en actos que causen lesiones a personas ó daños a la propiedad pública o privada, situación que actualmente no se encuentra debidamente sancionada en nuestra legislación penal.

“Abrigo la esperanza que iniciativas como ésta promuevan una participación responsable de nuestros dirigentes sindicales en la vida laboral y social chilena, siempre en un plano de respeto al orden legítimamente establecido”, expresó finalmente Enrique van Rysselberghe.