Como el 90% de los padres estadounidenses, Matthew Sullivan permite que su hija de 16 meses y su hijo de cinco años vean televisión, videos y otros contenidos descargados en tiempo real de internet en su teléfono inteligente.

Por lo general limita el tiempo que sus hijos pasan frente a una pantalla a poco más de una hora diaria, aunque reconoce que le presta el teléfono a su hija para que vea algún video de YouTube y se quede tranquila cuando hacen mandados juntos.

“Sabemos que no es bueno para ellos, pero tampoco es malo”, dijo a la AFP Sullivan, un editor de 36 años que vive en Wilmington, Delaware (este).

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés) no opina lo mismo. La mayor asociación de pediatras de Estados Unidose emitió este martes sus primeras directrices desde 1999 con relación al tiempo de pantalla para los menores de dos años. Su recomendación: desalentar cualquier exposición.

Según la AAP, unos 50 estudios sobre el tema demostraron que ver televisión o videos puede estar vinculado a un desarrollo del lenguaje más lento. También advirtieron a los padres sobre los potenciales efectos negativos de que ellos, como adultos, pasen mucho tiempo frente a las pantallas.

“A mí me gusta llamarlo TV pasiva”, dijo el pediatra Ari Brown, autor principal de la directrices de la AAP, en una entrevista con la AFP.

“Cuando el televisor está encendido, el padre habla menos. Existe evidencia científica que demuestra que cuanto menos tiempo de conversación tiene un niño, más pobre es su desarrollo del lenguaje”, dijo.

“Está claro que nadie está escuchando este mensaje. En este mundo de pantallas en todas partes, creo que tenemos que encontrar una manera de manejarlo y seguir una dieta saludable de medios de comunicación”.

Las últimas directrices de la AAP no se refieren a juegos interactivos como videojuegos en teléfonos inteligentes u otros dispositivos, sino a la observación pasiva de los medios de comunicación en cualquier tipo de pantalla, ya sea de teléfono, computadora, televisión u otro tipo.

“Esta actualización de las directrices (de la AAP) brinda más evidencia de que los medios de comunicación -tanto directamente como en el ambiente- tienen efectos negativos y no se conocen efectos positivos para los niños menores de dos años”, dijo.

“Por lo tanto, la AAP reafirma su recomendación de desalentar el uso de los medios de comunicación en este grupo etario”.

Brown también dijo que fue necesario actualizar las directrices de la AAP debido a la explosión de los DVD para bebés, dirigidos a niños de 0 a 2 años.

“Algunos de estos programas tienen un buen contenido, pero incluso ‘Plaza Sésamo’ para un niño menor de dos años no promueve el aprendizaje, porque no lo entiende”, dijo.

La AAP no nombró productos específicos, sino una serie de DVD dirigidos a bebés y niños en edad preescolar que constituyen un mercado de 200 millones de dólares anuales en Estados Unidos, donde un tercio de los niños tiene un televisor en su dormitorio a los tres años de edad.

Los esfuerzos de las autoridades federales para que los vendedores de estos productos digan que éstos son educativos se han quedado cortos, señaló la AAP.

“El mérito educativo de los medios de comunicación para los niños menores de dos años no se ha comprobado a pesar de que tres cuartas partes de los videos infantiles más vendidos se atribuye beneficios educativos explícita o implícitamente”, agregó la AAP.

La popular marca Baby Einstein, vendida por sus fundadores en 2001 a Disney, eliminó la palabra “educacional” en sus materiales de marketing luego de que varios estudios desacreditaran su afirmación de que tenían beneficios intelectuales. Disney ofreció reembolsos por esto en 2009.

Disney no respondió a una solicitud de comentarios, pero el fundador de Baby Einstein, William Clark, dijo que es consciente de “los esfuerzos en curso para demonizar a la marca”.

Clark dijo a la AFP que la idea inicial fue “exponer a los bebés a la música clásica, la poesía, los colores en el arte y la naturaleza y los animales comunes” y “ofreció a los padres una serie de formas de interactuar con sus bebés”.

La página web del producto ahora tiene la advertencia: “Los productos Baby Einstein no están diseñados para hacer a los bebés más inteligentes”.

No hay estudios que hayan seguido en su vida adulta a grandes consumidores de televisión en su infancia, por lo que no se conocen los efectos de esta práctica a largo plazo. El gran consumidor se define como perteneciente a un hogar en el que la televisión está prendida siempre o la mayoría de las veces.

Las directrices de la AAP señalan que la investigación hasta la fecha sugiere una “correlación entre ver televisión y tener problemas de desarrollo, pero no pueden mostrar causalidad”.

Sin embargo, los pediatras deben hablar con los padres acerca de cómo evitar los videos para bebés y limitar el tiempo de pantalla a no más de dos horas al día para niños de más de dos años, dijo la AAP.

“El tiempo de juego no estructurado es más valioso para el desarrollo del cerebro que cualquier exposición a los medios electrónicos”, concluyeron los expertos.