Un vasto ensayo clínico sobre una nueva vacuna contra la malaria revelado el martes en Estados Unidos demostró una reducción a la mitad del riesgo de infección en niños africanos, lo cual abre la esperanza de superar esta enfermedad devastadora.

La vacuna, conocida como RTS,S y desarrollada por el gigante británico de la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) en un laboratorio en Bélgica, es la primera de su tipo que busca bloquear un parásito en lugar de una bacteria o un virus.

Expertos consideraron el ensayo clínico, en marcha en siete países de África subsahariana, como un paso prometedor hacia la erradicación de esta enfermedad transmitida por mosquitos, que mata a casi 800.000 personas al año, la mayoría de ellos niños.

Los resultados del ensayo clínico fueron publicados en la versión online de la revista New England Journal of Medicine, y difundidos simultáneamente en el Foro sobre la malaria organizado por la Fundación de Bill y Melinda Gates en Seattle, Washington (noroeste de Estados Unidos). Esta fundación financia la Iniciativa PATH de una vacuna contra la malaria, creada en 2001.

En un comunicado, el filátropo y magnate de Microsoft, Bill Gates, describió los hallazgos como un “hito enorme” en la lucha contra la malaria, “que podría proteger a millones de niños contra esta enfermedad devastadora”.

El ensayo clínico mostró que los niños entre 17 meses y cinco años que recibieron tres dosis de la vacuna disminuyeron 56% el riesgo de desarrollar malaria, y 47% el riesgo de desarrollar malaria en su forma severa, que afecta a órganos como el cerebro o los riñones y se vuelve mortal.

“Esto es notable si se considera que nunca ha habido una vacuna exitosa contra un parásito humano”, dijo Tsiri Agbenyega, investigador principal.

El análisis fue realizado con datos de 6.000 niños seguidos por un período de 12 meses después de la vacunación.

Aún son necesarios más datos de niños menores -lactantes de seis a 12 semanas- para evaluar cómo funciona en este grupo particularmente vulnerable, dijeron expertos.

A pesar de avances significativos en los últimos años para reducir la mortalidad de la malaria, esta enfermedad todavía mata a 781.000 personas al año, en su mayoría niños menores de cinco años de África subsahariana, según estadísticas de la Organización Mundial de (OMS).

La vacuna fue creada en 1987 en el laboratorio GlaxoSmithKline Biologicals en Bélgica. Las pruebas comenzaron en adultos sanos en Europa y Estados Unidos en 1992, antes de que el primer estudio en África se iniciara en Gambia en 1998.

Los lugares de prueba están actualmente en Burkina Faso, Gabón, Ghana, Kenia, Malawi, Mozambique y Tanzania, e incluyen a 15.460 bebés y niños pequeños en lo que GSK describió como “el ensayo más grande de una vacuna contra la malaria hasta la fecha”.

La vacuna funciona haciendo que el sistema inmunológico se defienda contra el Plasmodium falciparum, el parásito de la malaria más mortífero.

Los efectos secundarios incluyen fiebre e hinchazón en el sitio de la inyección “lo que normalmente se ve en otras vacunas infantiles”, dijo Agbenyega.

Más allá de los logros, resta saberse cuánto tiempo puede durar la vacuna y cuánto va a costar, dijo Seth Berkley, presidente de la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI Alliance).

La malaria “es un gran problema para los más pobres entre los pobres, y se ha buscado una vacuna durante más tiempo del que puedo recordar”, dijo a la AFP. “Así que tener éxito, aunque no sea perfecto, es realmente algo muy bueno”, agregó.