Fue una jornada complicada la que vivió hoy el Buggie del Team Nextel by Can-Am de los pilotos Francisco López Balart y su navegante Claudio Troncoso. Producto de la geografía del terreno, el vehículo sufrió el pinchazo de dos neumáticos cuando completaban 100 kilómetros de una especial de 338 kilómetros.

Esta situación obligó al equipo a bajar la velocidad de conducción, considerando que restaban más de 200 kilómetros de ruta y el pedregoso terreno amenazaba constantemente. No obstante y cuando sólo quedaban 50 kilómetros para llegar a la meta, se cortó la salida del tubo de escape del motor, lo que obligó a detener el Buggie para evitar su sobrecalentamiento.

Luego de algunas horas de arduo trabajo e ingenio, lograron componer momentáneamente el desperfecto, lo que les permitió llegar a la meta y al bivouac, donde el Commander fue sometido a las reparaciones necesarias para largar la cuarta etapa.

“Desde un principio supimos que no sería una etapa fácil. El recorrido era demasiado rápido y con muchas piedras y eso nos impidió ir muy rápido. Lamentablemente pinchamos y tuvimos que ir con mayor cautela para no pinchar de nuevo. Luego se cortó el escape del motor y se comenzó a calentar, así que tuvimos que parar. Ocupando el ingenio, hicimos una envoltura con latas de bebida y con eso cubrimos la zona rota del Buggie. Por suerte pudimos seguir adelante y llegar a la meta”.

Mañana el rally cubrirá 245 kilómetros cronometrados, en medio un mar de dunas y arena suave. La etapa culminará con la llegada a las gigantescas dunas del Erg Lyoudi.