La OTAN no está lista aún para anunciar el fin de su misión en Libia pese al avance de las fuerzas del Consejo Nacional de Transición (CNT) en Sirte, donde continúan los combates “aunque de forma reducida”, indicó este martes un portavoz de la Alianza.

“La hora final se aproxima. Pero no creo que tomemos mañana (miércoles) una decisión para poner fin a la operación” durante la reunión semanal de los embajadores países miembros de la OTAN, señaló la portavoz Carmen Romero durante una conferencia de prensa en Bruselas.

“Es prematuro fijar una retirada ya que aún hay amenazas contra la población civil”, subrayó.

De todas maneras, esas amenazas disminuyeron en los últimos días, aseguró el coronel Roland Lavoie, portavoz de la operación que la OTAN inició en Libia el 31 de marzo.

“Más allá de combates aislados en Sirte y Bani Walid, la mayoría de los habitantes no están amenazados (…) Los combatientes proGadafi están a la defensiva (…) y ya no constituyen una amenaza real fuera de algunos focos de resistencia”, destacó.

Entretanto, los aviones de la OTAN continúan con sus sobrevuelos en Libia, “esencialmente para controlar y examinar la situación”, precisó Lavoie.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, llegó el martes a Trípoli en una visita sorpresa mientras se libraban feroces combates con artillería pesada y cohetes en Sirte, el último bastión de los gadafistas.

Clinton es la primera responsable estadounidense de este nivel en viajar a Libia desde 2008. Entonces, Washington intentaba establecer nuevas relaciones con el ahora depuesto líder Muamar Gadafi.

El objetivo del viaje de Clinton es fortalecer los vínculos con los nuevos dirigentes del país y promover la transición de Libia a una democracia.

Entretanto, en el frente de Sirte, a 360 km al este de Trípoli, las fuerzas del CNT trataban de apoderarse de dos barrios aún en poder de elementos leales al coronel Gadafi.

Los combatientes del CNT, en el límite de los Barrios “Dólar” y “Nº 2″ donde están atrincherados los partidarios de Gadafi, bombardeaban la zona con armas pesadas, mientras otros participaban en combates callejeros.

“Esos combates se limitan a algunos barrios, a una zona muy reducida”, dijo Lavoie.

A 170 km al sudeste de Trípoli, la bandera de las nuevas autoridades libias flotaba en las desiertas calles de Bani Walid, que el lunes cayó en poder de las fuerzas del CNT después de más de un mes de sitio.