Ken Robinson, quien hasta hace poco era un mendigo en Flower Mound -localidad al norte de Dallas en Texas-, ahora es dueño de una lujosa propiedad avaluada en 330 mil dólares (casi 170 millones de pesos). Y no es que se ganara la lotería o recibiera una contundente herencia, el astuto indigente se adjudicó la mansión con sólo 16 dólares (alrededor de 8 mil pesos).

Robinson -un ex marine divorciado 2 veces, padre de 6 hijos y abuelo de 2 pequeños- hizo valer una antigua ley de su Estado llamada ‘Adverse possesion’, para poder vivir en el enorme inmueble.

La normativa, que tiene una vigencia de más de 200 años, posibilita vivir en casas abandonadas con el fin de darle “mantenimiento y vigilancia”. De esta manera, permite ocupar legalmente una propiedad por un periodo determinado, que generalmente es de 10 años, y luego de ese tiempo se puede pedir la escritura del inmueble.

Precisamente eso fue lo que pasó con Robinson, él vivió unos años en la edificación y luego hizo los trámites para que quedara a su nombre. La única forma en que este hombre podría ser expulsado de la propiedad es si la entidad financiera que tiene hipoteca de la casa pagara la deuda completa antes de apelar a la justicia a través de una orden de desahucio. Pero esa situación es muy improbable, ya que los dueños de la vivienda se fueron luego de que el banco (que años más tarde quebró por deudas) la embargara.

Tras la hazaña, el ex mendigo ha recibido numerosas ofertas de trabajo, incluido un ofrecimiento de 10.000 dólares por dictar charlas en una empresa. Y es que se valora el hecho de que Robinson usara de manera inteligente la crisis inmobiliaria existente en Estados Unidos, encontrando una casa por apenas unos pocos dólares (el coste de los trámites).

Además, el hombre ha recibido visitas y cartas de ciudadanos comunes que se declaran fans de él y le piden algún consejo.