Unos 60 empleados de una prisión en el norte de Venezuela seguían este lunes secuestrados por un grupo de reos que exige su traslado a otros penales, mientras la ministra del sector arribó al lugar para tratar de encontrar una salida a la situación, informó el gobierno.

La ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, comenzó una inspección de las instalaciones de la cárcel situada en la localidad de Tocuyito, en el Estado Carabobo (norte), donde los trabajadores están retenidos desde la noche del viernes en uno de los edificios de la prisión denominado La Mínima.

Durante el recorrido, Varela afirmó que está dispuesta a negociar con los presos pero en “un clima de paz y tranquilidad y no en un clima de violencia”, por lo que se negó a reunirse con ellos hasta que no entreguen a los trabajadores y las armas que poseen, señaló el ministerio en un comunicado.

“No voy a ingresar al establecimiento hasta que dejen libres a las personas secuestradas y devuelvan las armas de fuego”, dijo Varela citada en el mensaje.

El domingo el director regional de asuntos penitenciarios, Reinaldo Rangel, informó que 13 prisioneros ya habían sido enviados a otras prisiones por lo que las autoridades no entienden por qué continúa el secuestro.

Los presos de La Mínima, que alberga a unos 200 reos, exigen reunirse con Varela antes de dar paso a la liberación.

En julio, el gobierno puso en marcha un plan para mejorar la difícil situación en las cárceles del país, afectadas por la violencia y el hacinamiento. Según datos oficiales, en los penales hay unos 50.000 reclusos pese a que su capacidad es sólo de 14.000.

El ministerio de Asuntos Penitenciarios fue creado en julio en medio de una severa crisis en una cárcel cercana a Caracas, donde cruentos enfrentamientos dejaron más de 30 muertos, la mayoría presos. El episodio se convirtió en el más sangriento ocurrido en una prisión venezolana en la última década.

Organizaciones humanitarias afirman que en las cárceles de Venezuela mueren unos 300 reos al año.