Las tropas kenianas se adentraron este lunes aún más en el sur del territorio somalí para combatir a los rebeldes islamistas shebab, a quienes Nairobi responsabiliza de los recientes secuestros de extranjeros en su territorio.

Los islamistas desmintieron este lunes toda implicación en esos secuestros.

En la provincia somalí de Baja Juba, unos testigos divisaron tropas kenianas respaldadas por tropas del gobierno somalí de transición y milicias locales, cerca de la ciudad de Qoqani. La localidad, situada a unos 45 km de la frontera, era un bastión de los shebab.

“Los tropas kenianas, respaldadas por tanques y otros vehículos militares, tomaron posición cerca de Qoqani”, afirmó por teléfono Saleban Mohamed, un habitante de una localidad vecina.

“Pude ver 32 camiones y tanques transportando a centenares de hombres hacia la región”, agregó.

Por su parte, los shebab amenazaron el lunes con actos de represalia en territorio de Kenia si el gobierno keniano no pone fin a la intervención.

“Las fuerzas kenianas penetraron unos cien kilómetros en el interior del territorio somalí y, en algunos casos, sus aviones militares bombardearon Somalia”, denunció el portavoz shebab Alí Mohamed Rage.

“Si siguen así lo van a lamentar y sufrirán las consecuencias en su propia casa”, dijo el portavoz.

Además, los islamistas desmintieron estar detrás de los recientes secuestros de extranjeros en Kenia.

Los “shebab niegan categóricamente todas las acusaciones sobre el secuestro de turistas y cooperantes en territorio de Kenia”, afirma el grupo en un comunicado.

“Las acusaciones formuladas por las autoridades de Kenia en relación con los recientes secuestros son, en el mejor de los casos, infundadas”. “De ninguna manera son atribuibles” a los shebab, insistió el grupo.

El domingo, el portavoz del gobierno keniano, Alfred Matua, había anunciado el ingreso de militares enviados por Nairobi a Somalia para “perseguir a los shebab considerados responsables de raptos y ataques en nuestro país”.

La operación se produce luego de que dos empleadas españolas de Médicos Sin Fronteras (MSF), Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, fueran secuestradas el jueves en los campamentos de refugiados de Dadaab, este de Kenia, a un centenar de kilómetros de la frontera somalí.