Los jugadores de la selección francesa de rugby sueñan ya con levantar el primer título mundial de la historia de su país en este deporte, tras ganar el sábado 9-8 a Gales, en un partido en el que admitieron que estuvieron mal, ante un rival que jugó con uno menos.

La expulsión del capitán galés Sam Warburton en el 18 parecía dar clara ventaja a los ‘Bleus’, que no pudieron destacarse en el marcador y terminaron sufriendo muchísimo para asegurar su pase a la final.

“Ha sido complicado, hemos jugado con el miedo dentro de nosotros por momentos. Estuvimos nerviosos al principio del partido. Y luego no estuvimos bien en el juego con el pie”, reconoció el apertura Morgan Parra, autor de los nueve puntos del equipo, con tres penales.

“Desconfiábamos mucho de este equipo de Gales. Nos han hecho dudar, lo sabíamos, pero hemos estado un poco más nerviosos de lo normal durante la última semana”, apuntó.

A pesar de los problemas de la semifinal, Parra confía en las posibilidades de su equipo y en que puedan proclamarse campeones del mundo dentro de ocho días en el mismo escenario de este partido, el mítico Eden Park de Auckland.

“Aún no lo digerimos. Vamos a hacer todo lo posible para estar ahí la próxima semana y poder ganar”, dijo, sin conocer la identidad del rival, que saldrá el domingo de la segunda semifinal, que mide a Nueva Zelanda y Australia.

El máximo anotador francés en lo que va de torneo, Dimitri Yachvili (39 puntos), no marcó este sábado, pero se mostró también muy satisfecho con el resultado conseguido, sin perder el tono crítico general.

“Lo hemos pasado mal. Sabíamos que en las rondas finales íbamos a jugar partidos así. No hemos ganado por nuestro rugby, sino que lo hemos hecho por la solidaridad y el espíritu de equipo que reinan en el grupo desde hace unas semanas”, celebró el rugbier francés de origen georgiano.

“Nos quedan 80 minutos para tocar el trofeo y vamos a disfrutar esta semana”, señaló, pensando ya en la final, que será contra Nueva Zelanda o Australia, que se enfrentan el domingo en la segunda semifinal.

En la misma línea se manifestó Vincent Clerc, protagonista a su pesar en el encuentro, ya que fue el jugador que sufrió el tackle peligroso que provocó la expulsión de Warburton.

“Lo hemos conseguido, aunque haya sido de una manera un poco particular. Hemos jugado con miedo durante el partido y hemos perdido demasiados balones. A pesar de todo, hemos respondido y hemos estado ejemplares en defensa”, destacó Clerc, pensando ya en la final del día 23.

“Hemos jugado un partido para buscar una final del Mundial, poco importa lo demás. Estamos en ella. Queda por venir lo más bonito”, afirmó.

Su entrenador Marc Lievremont también reconoció tras el partido que la imagen mostrada no fue precisamente la mejor.

“Fue seguramente la semifinal más fea de la historia del rugby mundial. En cualquier caso, hemos ganado. Lo importante era ganar, aunque fuera así, pero tenemos que tener en cuenta cómo han ido las cosas”, declaró el técnico a la televisión francesa TF1.