El Senado de Estados Unidos rechazó este martes el plan de empleo del presidente Barack Obama, al carecerse de una mayoría calificada durante la primera votación sobre este texto, presentado por el mandatario como crucial para evitar una nueva recesión.

El texto fue rechazado por 50 votos a favor y 49 en contra, quedándose cortos respecto a los 60 necesarios para abrir formalmente los debates. Este revés va a obligar al presidente y a sus aliados demócratas a presentar, por separado, las distintas medidas de este plan de 447 mil millones de dólares.

El plan del presidente fue rechazado por el conjunto de los legisladores republicanos y dos demócratas.

“El voto de esta noche no es en ningún caso el fin de esta lucha”, declaró Obama. “Vamos a trabajar con el senador Reid (Harry, jefe de la mayoría del Senado) para asegurarnos que las propuestas individuales de este plan puedan ser objeto de un voto lo antes posible”, agregó.

Presentado a comienzos de septiembre, el plan prevé inversiones en infraestructuras y reducciones de impuestos para la clase media y las pequeñas y medianas empresas. Obama afirma que estas medidas permitirán crear 1,9 millones de empleos y bajar la tasa oficial de desempleo de 9,1% a 8,1%.

Cuatro republicanos y varios demócratas que deben enfrentar elecciones en 2012 habían manifestado sus reticencias hacia el plan del presidente.

La votación había sido convocada por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

La oposición republicana, mayoría en la Cámara de Representantes y con una una minoría en el Senado con facultad de veto, rechazaba ciertos aspectos del plan así como su forma de financiamiento, que prevé, entre otros, un alza de los impuestos para los contribuyentes más adinerados y la supresión de exenciones fiscales.

Obama advirtió antes de la votación a sus adversarios republicanos que, de oponerse a su plan, los acusaría ante el electorado de negarse a reactivar la economía en tiempos de crisis.

Este martes, el presidente viajó a Pensilvania (este) para promover su proyecto ante sindicalistas y luego a Faorida (sureste) para recaudar fondos para su campaña de reelección, antes de regresar, hacia la medianoche, a la Casa Blanca.

En estos dos estados clave para las elecciones presidenciales de noviembre de 2012, Obama preveía abogar por las medidas que propone así como convencer a su electorado de la eficacia de su estrategia económica, uno de los puntos débiles de su mandato según varios sondeos de opinión.

El martes, el equipo de campaña de Obama dio a conocer estudios que muestran que “la gente, entre más se familiariza con el plan sobre el empleo y escucha al presidente exponer el tema, más desea que el Congreso emita un voto a favor”.

“Los estadounidenses están de acuerdo con los expertos en economía de diversas corrientes que afirman que (este proyecto de ley) creará empleos inmediatamente e inyectará liquidez en los bolsillos de la clase media, que enfrenta severas dificultades” económicas, estimó el estratega electoral de Obama, David Axelrod.

El jueves pasado, Obama había dicho durante una conferencia de prensa que “estaría feliz de ver al Congreso actuar, para así no tener que hacer campaña contra sus miembros” por no adoptar medidas.