El presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, dijo este sábado que está dispuesto a irse del poder pero con condiciones, lo que ha sido rechazado por sus opositores que ven en ello una nueva maniobra dilatoria.

“No quiero el poder, y lo abandonaré en los próximos días”, dijo en un discurso retransmitido por la prensa oficial. Un movimiento de protesta popular pide su salida desde mediados de enero.

También anunció que convocará próximamente una reunión del Parlamento, sin precisar el motivo. “Nos encontraremos en los próximos días para explicarle al pueblo la verdad y todos los desarrollos, en toda transparencia”.

La situación política está estancada en Yemen, donde Saleh volvió el 23 de septiembre después de más de tres meses de ausencia. Se encontraba en Arabia Saudita, donde fue tratado por las heridas recibidas durante un ataque el 3 de junio contra su palacio en Saná.

El presidente yemení, en el poder desde hace 33 años, ha dicho varias veces que está dispuesto a transferir el poder y a firmar el plan de las monarquías árabes del Golfo para entregar el poder a la oposición, pero no lo ha cumplido.

En su discurso inconexo, Saleh de hecho no hizo ninguna referencia a este plan elaborado con el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea que han llamado varias veces a un traspaso pacífico del poder.

Sin embargo, el jefe del Estado yemení arremetió contra sus opositores, afirmando que es “imposible dejarlos que destruyan el país”, añadiendo que “hay hombres sinceros, civiles o militares”, capaces de gobernar el país.

Aseguró que Yemen se “enfrenta a una conspiración desde hace nueve meses”, en referencia a la oleada de protesta. “El pueblo yemení resiste desde hace nueve meses a este gran complot, de una forma que ni Túnez, ni Egipto, ni Libia ni ningún país árabe ha resistido”.

La militante yemení Tawakkol Karman, que recibió el viernes el premio Nobel de la Paz, denunció como mentiras las declaraciones del presidente.

“No le creemos a este hombre (…) tiene que entregar el poder que ha usurpado a nuestra revolución pacífica”, declaró al canal árabe Al Jazeera la joven, que acampa desde hace meses en una plaza de Saná junto a otros opositores para reclamar la caída del régimen de Saleh.

Por su parte, Mohamad Sabri, dirigente del foro común que agrupa a los partidos de la oposición parlamentaria, afirmó a la AFP que las declaraciones del presidente eran “pura desinformación”.

“Si va en serio, ¿por qué no abandona el poder esta misma noche, tal y como lo reclama el pueblo yemení?”, preguntó.

Saleh, cuyo mandato acaba a finales de 2013, está acusado de corrupción y de nepotismo por sus detractores.

Las fuerzas fieles al presidente, comandadas por miembros de su familia, se opusieron en las últimas semanas a unidades disidentes del ejército en Saná, dejando decenas de muertos.

El emisario de la ONU en Yemen, Jamal ben Omar, trató sin éxito llegar a una solución política en base al plan elaborado por las monarquías del Golfo que prevé la partida de Saleh a cambio de una inmunidad para él y sus allegados.