El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aconsejó el jueves a los países europeos hacer oídos sordos al Fondo Monetario Internacional (FMI); y a Grecia, en particular, declarar una suspensión de pagos como medidas para superar la crisis de la deuda.

“La primera recomendación, sin duda, es no pararles las más mínimas bolas (ignorar) al Fondo Monetario Internacional ni a ninguna de esas burocracias internacionales”, dijo Correa en una reunión del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), que sesiona en el puerto de Guayaquil (suroeste).

“América Latina ya se conoce de memoria todas esas recetas que nos hundieron en más crisis, porque detrás de esto no está la gente, sino el gran capital”, añadió el mandatario, al responder una pregunta del auditorio sobre qué recomendaría a la Unión Europea (UE) en esta coyuntura.

Correa, un economista de izquierda formado en Bélgica y Estados Unidos, se refirió a la situación de Grecia -cuando se cierne el espectro de la suspensión de pagos sobre este país sumamente endeudado- y evocó un consejo que le dio al primer ministro griego, Giorgos Papandreou, durante una reunión en Madrid en mayo de 2010.

“Cuando (Papandreou) me preguntó qué haría, le dije dejar de pagar la deuda. ¡Si no tienen para pagar! Lo que quieren es quebrar a los ciudadanos griegos, es la lógica financiera: te caíste me pagas más y más caro, y no la del desarrollo: te levanto y después vemos cómo arreglamos”, sostuvo.

El gobernante subrayó que se pretende “inyectar (a Grecia) miles de millones con una serie de condicionamientos” en los que el dinero “entra por un lado y sale por el otro”.

“Están reciclando esa plata, haciendo que Grecia le deba a la burocracia internacional y tenga capacidad para pagarle a los bancos privados franceses y alemanes”, remarcó.

Correa también sugirió a la Eurozona gravar más duramente las transacciones de capital que de paso hacen “daño” a los países latinoamericanos, y buscar “soluciones innovadoras” para resolver cuestiones como las hipotecas en España, pues si no lo hace -dijo- va a quedar en el “peor de los mundos”.

“Va a ser peor problema que la banca se quede llena de casas y la gente que las necesita no las pueda comprar por no proponer alternativas”, dijo.

En junio de 2009, el gobierno socialista de Correa retiró del mercado un 91% de su deuda externa pública en bonos Global con vencimiento en 2012 y 2030 (que representaba cerca de 2.900 millones de dólares) al recomprarlos con un descuento entre 65% y 70%, es decir que pagó aproximadamente 900 millones de dólares.

Ese pasivo significaba entonces un tercio del total del endeudamiento ecuatoriano.