La Iglesia católica de Nicaragua admitió este viernes que las relaciones con el gobierno de Daniel Ortega han sido “difíciles” y que los obispos que apoyan públicamente a su gobierno lo hacen a título personal, “sin autorización” del clero.

“Cuando no hay disponibilidad de las dos partes en una relación, siempre se torna difícil”, a pesar de que “nosotros, como Iglesia, hemos estado abiertos a un diálogo”, afirmó el secretario de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), René Sándigo, en una rueda de prensa.

Sin embargo, “por parte del gobierno no hemos encontrado una respuesta” y su “puerta ha estado cerrada todos estos años” para el clero, agregó el prelado poco después de dar a conocer una carta pastoral en la que la Iglesia fija su posición de cara a los comicios presidenciales del próximo 6 de noviembre.

En la misiva, firmada por 10 obispos de la Conferencia Episcopal en representación de más de 500 sacerdotes del país, el CEN llama a votar “masivamente” por un candidato “que respete la Constitución Política del país y sus instituciones democráticas, que sepa gestionar con responsabilidad las relaciones internacionales (…) y que no tenga un historial de corrupción”.

Los jerarcas católicos instaron a votar por una “Nicaragua democrática y pluralista”, con equilibrio entre los “poderes para evitar caer en la tentadora y peligrosa forma de ejercer el poder de modo absoluto”.

Aunque no menciona a ningún candidato, la carta está llena de alusiones al presidente Daniel Ortega, que busca su reelección y a quien la oposición acusa de haber violentado la Constitución para poder postularse nuevamente y de ejercer un férreo control sobre todo el aparato del Estado.

Los obispos instaron también a votar por un candidato que promueva la justicia social, el “trabajo digno” y no favorezca el aborto, la eutanasia, ni el matrimonio gay.

Sándigo reconoció en la rueda de prensa que la Iglesia católica ha “tenido una postura crítica” hacia la administración sandinista y dijo que la seguirá teniendo porque, si calla frente a “las realidades oscuras que ocurren en el funcionamiento gubernamental”, se convertiría en “cómplice”.

Aclaró, además, que algunos obispos que aparecen apoyando la gestión de Ortega “no representan la oficialidad de la Iglesia”, al tiempo que criticó al gobierno por “manipular” a la población utilizando términos religiosos para autodenominarse como “cristiano, socialista y solidario”.

En tanto, el presidente del CEN y obispo de Managua, Leopoldo Brenes, advirtió que los sacerdotes que andan con el gobierno “no tienen ninguna autorización” de la Conferencia Episcopal “para asumir posiciones políticas.

Ambos religiosos consideraron que el presidente Ortega, en vez de enviar emisarios al Vaticano para buscar un mayor acercamiento, debería tratar de estar bien con los que “están cerquita” de él.

“Qué bien que solamente se tengan buenas relaciones con el Vaticano”, pero “lo más hermoso es que se tengan buenas relaciones con los que están aquí cerquita, no con los que están largo”, declaró Brenes.