Argentina afronta por tercera vez en su historia los cuartos de final de un Mundial de rugby en una clara situación de inferioridad frente al gran favorito del torneo, los All Blacks neozelandeses, el domingo en Auckland (04.30 horas de Chile), con la ilusión de entrar en la leyenda.

Una victoria de los Pumas significaría sin duda la mayor hazaña de su historia, superior incluso al tercer puesto en el Mundial de Francia-2007 cuando Argentina superó al equipo local y se llevó el bronce.

Nada igualaría la gesta de vencer al considerado mejor equipo del momento, en su catedral de Eden Park, con todo un pueblo ilusionado en ganar el segundo título mundial de su historia, lo que metería de paso a los Pumas de nuevo entre los cuatro mejores del planeta.

El partido está lleno de emoción para Argentina, ya que en caso de derrota podría ser el último partido del hooker Mario Ledesma, que a sus 38 años se retira del rugby, no sin antes haber batido el récord de partidos en Mundiales de un jugador argentino (18).

Además, la generación dorada que ha llevado a Argentina a tres cuartos de final en los últimos cuatro Mundiales (1999, 2007 y 2011) se desintegrará ya que será difícil que Felipe Contepomi, Martín Scelzo y Rodrigo Roncero estén en 2015 con los Pumas.

“Vamos a tratar de manejar el ritmo del partido y llevarlo donde nos sintamos más cómodos”, afirmó el técnico argentino Santiago Phelan, resumiendo las intenciones que repiten todos los Pumas, que será que el encuentro no tome la velocidad que conviene a los All Blacks.

Felipe Contepomi, el capitán del equipo, sabe que la tarea es difícil y quiere que su equipo haga el mejor partido posible.

“Son el mejor equipo del mundo y lo será después de este partido. Son mucho mejores que nosotros, pero tenemos que ser competitivos y que el país esté orgulloso de nosotros, perdamos o ganemos. Tenemos que jugar al 100% y tener la tranquilidad de haber hecho todo lo posible”, señaló el capitán de 33 años.

Argentina se enfrenta a la única potencia del rugby a la que nunca ha ganado y con la que sólo logró una vez empatar (21-21) en 1985. Los All Blacks son también los que propinaron la mayor derrota de su historia a los Pumas (93-8 en 1997).

Phelan recupera al lesionado Roncero para este partido, en un equipo al que vuelven también el segunda línea Manuel Carizza, el wing Gonzalo Camacho y el fullback Martín Rodríguez Gurruchaga.

Nueva Zelanda pondrá a los más experimentados, incluidos Richie McCaw y Mils Muilaina, que jugarán sus partidos 101 y 100, respectivamente, para arropar al inexperto apertura Colin Slade, en un equipo que presentará seis cambios respecto al último partido contra Canadá.

McCaw regresa al equipo después de perderse el último partido contra Canadá debido un dolor en su pie derecho, del que fue operado este año.

Como estaba previsto, el inexperto Colin Slade jugará como apertura en lugar de Dan Carter, que tuvo que renunciar al Mundial debido a una lesión de isquiotibiales, y Sonny Bill Williams será wing izquierdo debido a la ausencia por lesión de varios jugadores como Richard Kahui, Israel Dagg y Zac Guildford.

– Estas serán las formaciones:

Nueva Zelanda: Mils Muliaina; Cory Jane, Conrad Smith, Ma’a Nonu, Sonny Bill Williams; Colin Slade, Piri Weepu; Kieran Read, Richie McCaw (cap.), Jerome Kaino; Sam Whitelock, Brad Thorn; Owen Franks, Keven Mealamu, Tony Woodcock.

Suplentes: Andrew Hore, Ben Franks, Ali Williams, Victor Vito, Jimmy Cowan, Aaron Cruden, Isaia Toeava.

Argentina: Martín Rodríguez Gurruchaga; Gonzalo Camacho, Marcelo Bosch, Felipe Contepomi (cap.), Horacio Agulla; Santiago Fernández, Nicolás Vergallo; Leonardo Senatore, Juan Manuel Leguizamón, Julio Farías Cabello; Patricio Albacete, Manuel Carizza; Juan Figallo, Mario Ledesma, Rodrigo Roncero.

Suplentes: Agustín Creevy, Martín Scelzo, Marcos Ayerza, Alejandro Campos, Alfredo Lalanne, Lucas González Amorosino, Juan Imhoff.

Árbitro: Nigel Owens (WAL).