La presidenta brasileña Dilma Rousseff inicia este jueves en Bulgaria la parte más emotiva de su actual gira europea, al visitar Gabrovo, una pequeña ciudad al pie de los Balcanes donde nació y creció su padre antes de emigrar en 1929 a Brasil.

En su segundo día de visita oficial a Bulgaria, un pequeño país ex comunista del sudeste europeo, Rousseff se reencontrará con un intenso pasado familiar.

En Gabrovo – localidad a 230 km de la capital, Sofía, de unos 60.000 habitantes – nació en 1900 Petar Roussev, padre de la presidenta. Petar dejó Bulgaria en 1929 y emigró a Francia y luego a Argentina, antes de instalarse en Brasil con el nombre de Pedro Rousseff.

Según familiares búlgaros, dejó a una esposa embarazada que, como los demás miembros de la familia en Bulgaria, lo dio por muerto.

Casi 20 años después, en 1948, Pedro Rousseff escribió a su madre, Tsana, para anunciarle sus éxitos como empresario de la construcción en Brasil y que había formado una nueva familia con una brasileña con la que tenía tres hijos, entre ellos la pequeña Dilma-Vana.

La presidenta brasileña pronunciará un discurso ante los habitantes de Gabrovo en el colegio donde estudió su padre. Luego visitará una exposición, “las raíces búlgaras de Dilma Rousseff”, en el museo histórico de Gabrovo. Antes de llegar a esta ciudad, visitará la fortaleza Tsaverets en Veliko Tarnovo, antigua capital búlgara.

“Estoy feliz y emocionada de visitar la tierra natal de mi padre”, había afirmado el miércoles Dilma Rousseff durante un acto junto a su homólogo búlgaro, Georgui Parvanov, en la sede de la presidencia en Sofía.

La jefa de Estado brasileña aseguró estar vinculada a Bulgaria “por lazos de sangre, y por la memoria de mi padre”, que murió en Brasil en 1962.

En su primer día de visita de Estado a Bulgaria, Rousseff fue condecorada por Parvanov con la orden Stara Planina, la más alta distinción de esta república de algo más de 7 millones de habitantes, integrada en 2007 en la Unión Europea junto con su vecina Rumanía.

En el ámbito bilateral, la presidenta brasileña dijo querer “aprovechar el carácter emotivo” de esta visita “para convertirla también en posibilidades concretas de cooperación” económica con Bulgaria.

Los dos países tienen escaso intercambio comercial, que cayó de 400 millones de dólares en 2007 a 133 millones en 2010, debido a la crisis.

El presidente búlgaro expresó el deseo de que en “dos o tres años” ese comercio bilateral “supere los 1.000 millones de dólares”, algo “realizable” a partir de la visita de Rousseff, que calificó el miércoles de “histórica” al término de un foro empresarial de ambos países.

Dilma Rousseff, que llegó este martes por la noche a Sofía procedente de Bruselas, terminará su gira europea en Turquía, otra nación, como Brasil, emergente política y económicamente.