El premio Nobel de Química fue otorgado al israelí Daniel Shechtman por su descubrimiento de los cuasicristales, según anunció este miércoles el comité Nobel.

El “ganador” del premio Nobel de Química de 2011 “modificó fundamentalmente la concepción de un sólido para los químicos”, precisó el comité.

El 8 de abril de 1982 descubrió un cristal en el que “los átomos estaban unidos en un modelo que no puede ser repetido”, contrariamente a las leyes de la naturaleza, según el comunicado de la academia real sueca de las ciencias.

Es como “los fascinantes mosaicos del mundo árabe reproducidos a nivel de los átomos: una forma regular que no se repite nunca”.

La unión de los átomos en los cuasicristales es muy apretada, por lo que se utilizan para reforzar materiales y con fines comerciales, como en las sartenes o máquinas como los motores diésel sometidos a altas temperaturas y presiones.

Hasta este descubrimiento, los científicos consideraban que en un sólido, los átomos se unían siguiendo un patrón simétrico que puede repetirse de forma periódica para formar un cristal.

La imagen que apareció en el microscopio electrónico del profesor Schechtman era tan increíble que se enfrentó durante tiempo al rechazo de la comunidad científica, subraya el comité Nobel.

Se creía que este descubrimiento, “muy controvertido”, era tan “imposible como fabricar una pelota gracias únicamente a pedazos hexagonales cuando también hacen falta pentágonos”, explica el comité.

“Los mosaicos aperiódicos como los descubiertos en el palacio de la Alhambra en España y en el santuario de Darb i Imam en Irán han ayudado a los científicos a entender a qué se parecían los cuasicristales a nivel atómico”, añade el jurado.

En los cuasicristales, los motivos atómicos son regulares, siguen las reglas matemáticas, pero no se repiten.

Shechtman nació en 1941 en Tel Aviv y es profesor emérito en el Instituto de Tecnología israelí en Haifa.