La advertencia de un responsable de la federación internacional de rugby (IRB) de que el próximo Mundial podría jugarse sin Nueva Zelanda fue el detonante de una polémica con la selección del país, que amenaza ahora con no participar en la edición de 2015.

“Todo el mundo puede ser sustituido”, dijo Mike Miller, director ejecutivo del IRB en declaraciones la radio neozelandesa Radio Sport.

El conflicto entre las federaciones de rugby de Nueva Zelanda (NZRU) y Australia (ARU) con la IRB concierne las ganancias que generan los mundiales de rugby.

Según las dos naciones, participar en un Mundial les supone pérdidas, porque obliga a acortar el Torneo Tres Naciones y reducir la temporada de amistosos, dos eventos muy lucrativos, y piden por ello una compensación económica a la IRB que ésta se niega a pagar.

Australia y Nueva Zelanda amenazan ahora con no participar en el Mundial-2015 organizado en Inglaterra si la IRB no compensa mejor las pérdidas (por derechos comerciales y de televisión y localidades, entre otros), evaluadas en 16 millones de dólares australianos (unos 11,5 millones de euros) por la federación australiana.

Según Nueva Zelanda sus pérdidas serían de 13 millones de dólares neozelandeses (más de 7,5 millones de euros).

“¿El Mundial necesita a los All Blacks? Sería bueno para los All Blacks participar en él” dijo un provocador Miller, respondiendo al director general de la federación neozelandesa, Steve Tew, muy crítico con la IRB.

“Él (Tew) forma parte del consejo de la IRB, está implicado en la decisiones que se tomaron hace cinco o seis años, sabe qué pasa”, dijo Miller.

Por su parte los All Blacks salieron este martes en defensa de su federación.

“No puede haber un Mundial sin los All Blacks o en el que falte una de las mejores naciones” de rugby, según Richard Kahui.

El técnico adjunto Wayne Smith juzgó además como “inconcebible” que la selección no participe en el Mundial-2015.

“Basta con ver lo que representa el rugby en este país”, dijo el entrenador, que aseguró que ahora sólo estaba concentrado en el partido de cuartos contra Argentina.

El IRB explicó el pasado 28 de septiembre que los ingresos comerciales del Mundial se redistribuyen entre sus 117 miembros en ciclos de cuatro años.

“El programa de inversiones en curso representa 150 millones de libras esterlinas (unos 172 millones de euros) en el periodo 2009-2012 y más del 50% van a las naciones del primer grupo”, donde están Nueva Zelanda y Australia, según la federación internacional.