La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó este martes un acuerdo entre demócratas y republicanos para financiar el funcionamiento del Estado federal hasta el próximo 18 de noviembre, evitando así una parálisis de los servicios administrativos.

Esa ley provisoria de finanzas ya había sido aprobada en el Senado con 352 votos a favor y 66 en contra. Ahora, el presidente Barack Obama debe promulgarla, y antes del próximo 18 de noviembre, los congresistas deberán acordar una nueva ley de finanzas.

El acuerdo no pudo alcanzarse antes porque republicanos y demócratas tenían fuertes discrepancias sobre una controvertida disposición para ayudar a las víctimas de las recientes catástrofes naturales, como el huracán Irene, que afectó la costa este del país a finales de agosto.

Tomando en cuenta el contexto de fuerte desempleo que vive el país (9,1%), una parálisis de los servicios administrativos considerados no esenciales hubiera tenido consecuencias catastróficas para la economía estadounidense, que no termina de recuperarse de la recesión.

El acuerdo de este martes ocurre dos meses después de un enfrentamiento entre ambos partidos en el Congreso sobre el aumento del techo de la deuda federal, para lo que llegaron a un compromiso in extremis en julio.

Este conflicto provocó que la agencia financiera de notación Standard and Poor’s rebajara la calificación de la deuda estadounidense de “AAA” a “AA+” por primera vez en la historia.

En estos tiempos de déficits récord en Estados Unidos, las últimas leyes provisionales de finanzas en el Congreso (con frecuencia de sólo unas cuantas semanas) fueron objeto de fuertes disputas entre demócratas y republicanos, que no se ponen de acuerdo sobre el nivel de gastos federales.