El precandidato presidencial republicano y gobernador de Texas, Rick Perry, se vio en apuros este domingo por la revelación de que un pabellón de caza que utilizaba su familia en el segregacionista sur de Estados Unidos donde se crió tenía un nombre racista.

El idílico ambiente rural de su infancia al que el favorito para la nominación presidencial republicana ha hecho referencia -centrándose en los Boy Scouts, la escuela y la iglesia- a lo largo de su carrera política se vio ensombrecido por una primera plana del Washington Post exhibiendo un aspecto más oscuro de ese entorno.

El diario afirmó que una gigantesca piedra a la entrada de un pabellón de caza que su familia solía alquilar para pasar sus vacaciones todavía exhibe el nombre de “Niggerhead” (Cabeza de Negro), con el empleo de la ofensiva palabra “nigger” para referirse a las personas de piel oscura.

El propio Perry explicó en declaraciones al Post que su padre cubrió con pintura dicho nombre en cuanto tuvo ocasión, en 1983, pero el diario cita a varios testigos que afirman que las letras siguieron siendo visibles durante muchos años.

Incluso, añade, el pasado verano (boreal), la palabra todavía podía distinguirse bajo una capa de pintura blanca.

El uso de esa palabra, una de las más denigrantes del léxico estadounidense, suscitó una reacción de condena de su correligionario negro Herman Cain, que también aspira a la nominación de su partido para las elecciones de 2012.

“No hay una palabra más vil y negativa que la ‘palabra con la letra N’ (como se la denomina en Estados Unidos) y el que la haya dejado durante tanto tiempo hasta que, según oí, la borró finalmente es algo simplemente insensible con mucha gente negra en este país”, afirmó Cain a la cadena de televisión Fox.

El equipo de campaña del gobernador tuvo que salir al paso de las acusaciones con un comunicado del portavoz Ray Sullivan en el que aseguró que “la palabra que otros escribieron tiempo atrás es insensible y ofensiva y por eso la familia Perry la cubrió rápidamente”, a la vez que subrayó que los Perry no eran dueños de la propiedad ni le pusieron el nombre.