Jean-Pierre Bel, jefe de los senadores socialistas franceses, fue elegido este sábado presidente del Senado, una semana después de que la izquierda se hiciera por primera vez con el control de la cámara alta.

El senador, natural del departamento de Ariège (sur), de 59 años, se convierte en la segunda personalidad del Estado francés.

Fue elegido en una primera votación con 179 votos, frente a 134 para el presidente saliente de derecha, Gérard Larcher, y 29 para la centrista Valérie Létard.

Su elección al frente del Senado era previsible, ya que el domingo pasado la cámara alta, encargada junto con la Asamblea Nacional de examinar y votar las leyes y tratados, dio por primera vez en su historia un giro a la izquierda.

El cambio en el Senado, controlado desde 1958 por la derecha, se presenta como una serie advertencia para el presidente conservador Nicolas Sarkozy, que competirá por la reelección en la presidencial a dos vueltas del año próximo, prevista en abril y mayo.

“Hemos oído la cólera profunda de la República de los territorios, por haber sido estigmatizados, desorientados, tal vez también abandonados ante sus inmensas dificultades”, dijo Jean-Pierre Bel en su primer discurso como presidente de la cámara alta.

El pasado domingo, el Partido Socialista, que no gana una elección presidencial desde 1988, vio en este vuelco histórico el adelanto de una victoria la próxima primavera boreal.

La presidencia francesa evitó reconocer la victoria, que consideró una consecuencia de los resultados de las elecciones locales celebradas en Francia en los últimos siete años, dado que las elecciones senatoriales son por sufragio universal indirecto de “grandes electores”, es decir diputados, consejeros regionales y provinciales, alcaldes y concejales.

El nuevo presidente del Senado, además de ser la segunda personalidad del Estado, tendrá un poder de nominación, por ejemplo en el Consejo Constitucional.

Y aunque la Constitución confiere un papel predominante a la cámara baja, donde la derecha es mayoritaria, la izquierda podrá retocar o retrasar en el Senado los proyectos de ley.

Para Nicolas Sarkozy la pérdida del Senado se suma a los malos sondeos de los últimos días y a varios escándalos de financiación ilegal.

Dos allegados suyos fueron inculpados en el llamado caso Karachi, un asunto de corrupción y financiación política ilegal ligada a la venta de submarinos a Pakistán.

Mientras los socialistas se disponen a designar a su candidato a la elección presidencial en unas primarias a dos vueltas, el 9 y el 16 de octubre, empiezan a elevarse voces en la derecha que se preguntan si Nicolas Sarkozy es su mejor candidato. Entre las posibles alternativas empieza a sonar el nombre de Alain Juppé, respaldado por su gestión como canciller en los últimos siete meses.