Rodrigo Saavedra Canos es un padre violador. Así quedó establecido en un fallo del 29º Juzgado del Crimen de Santiago del 2004. Fue condenado a 15 años de cárcel por la violación de su hija de nueve años en hechos ocurridos en 2002.

Como casi todo agresor gritó inocencia durante todo el proceso y aún más tras conocer la sentencia en su contra. El detalle es que en su caso tenía razón.

Un recurso de revisión del abogado, José Ojeda Merino, logró que la Sala Penal de la Corte Suprema advirtiera que el testimonio dado por su hija era falso. En una declaración ante notario, la joven hoy de 18 años, reconoció que fue obligada por su madre a testificar en contra de su padre.

De acuerdo a la resolución, en enero de 2002 la entonces niña viajó sola de Santiago a Laja para visitar a su padre, guardia de seguridad. Acostumbrada a llevar un diario de vida, la menor de edad escribió que mantuvo relaciones con su progenitor. El escándalo estalló cuando ese diario llegó a manos de su madre, quien la obligó a denunciar los hechos.

En la declaración que la joven hace ante los magistrados se lee: “cuando tenía 8 ó 9 años sus padres se habían separado y su progenitor tenía otra mujer. Cuando fue a Laja, hacía como un año que no lo veía, sufrió mucho con la separación. Como era muy celosa, una compañera de curso le comentó que ella había separado a sus padres, acusándolo a él de haberla violado. Entonces, con la intención de terminar con la relación que había entre su padre y la mujer, creyó que era una buena decisión”.

El vuelco se produjo después de cinco años de prisión de Saavedra, quien ingresó en 2007 a la cárcel. Por otra parte, la Penitenciaría donde se encontraba, donde es conocida la ojeriza de los propios internos con aquellos que caen por casos de abuso sexual contra menores de edad.

El máximo tribunal llegó a la convicción de la inocencia del hombre luego de interrogar ellos mismos a quien había sido calificada hasta ahora como víctima. La sala titular integrada por Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez, Rubén Ballesteros, Hugo Dolmestch y Carlos Künsemüller, determinaron unánimente absolverlo de todos los cargos.

Estos serán los últimos días de Saavedra en la cárcel a la espera que el expediente baje de la Sala Penal y sea trasladado hasta el 34º Juzgado del Crimen de Santiago, donde se debe tramitar el cúmplase de esta sentencia.