Según el INE existe una variación de 518 mil ocupados desde el trimestre móvil enero-marzo 2010 hasta marzo-mayo 2011. El 43% corresponde a cuenta propia de los cuales un 80% son ocupaciones de jornada parcial. Esto indica que existen señales de creación de ocupaciones precarias y endebles.

En este contexto, La Fundación Sol, realizó un estudio basado en la Nueva Encuesta Nacional del Empleo para el trimestre móvil marzo-mayo 2011, donde se analiza la realidad de los trabajadores independientes, los cuales corresponden al 36% de los ocupados, es decir cerca de 2,7 millones de personas. Caracterizándolos como trabajos de jornada parcial, endebles y de baja calificación, lo cual negaría su calidad de microemprendimientos sólidos o de asalariados profesionales flexibles.

Según dicha entidad a la categoría oficial de los independientes se debería incluir, junto a los cuenta propia, es decir un millón 551 mil 894 personas, los subordinados independientes, cerca de 1 millón 154 personas). Son aquellos que las cifras oficiales incluyen como asalariados, pero que no tienen un contrato laboral en el cual perciban una liquidación de sueldo, por lo tanto, no son considerados asalariados por la legislación laboral y en términos de regulación económica son tratados como trabajadores independientes.

Según el sociólogo Alexander Páez, “sus principales características son que no tienen ningún tipo de contrato u afiliación de dependencia con el empleador o patrón, ni siquiera cuentan con la figura de la boleta de honorarios, ya que el 79% de ellos no recibe ni entrega ningún tipo de comprobante (liquidación de sueldo, boleta de honorarios o factura) y sólo el 16% de ellos boletea”.

El 43% corresponde a trabajadores no calificados (que aumenta a 49% si sólo consideramos a las mujeres) y el 31% sólo tiene estudios hasta educación básica.

El 30% se dedica a jornadas parciales y el 46% desea trabajar más horas. Por lo tanto, la figura del asalariado flexible corresponde a un trabajador que no sólo está desprotegido y es informal sino que también es endeble, de subsistencia y precario.

Realidad que también se presenta fuera de las micro y pequeña empresas, ya que el 47% de los subordinados independientes se desempeñan en empresas de más de 10 personas.

Para el caso de los cuenta propia, comúnmente catalogados como microempresarios emprendedores, el 34% se dedica a actividades de comercio y el 20% trabaja en la calle o vía pública como vendedores ambulantes.

El investigador remarca que “El 39% tiene jornada parcial y el 54% desea trabajar más horas. También es posible encontrar algún grado de subordinación, es decir, precarización de la condición de independiente, ya que el 26% de los cuenta propia tiene su lugar de trabajo en la oficina o casa del empleador. Es decir, dando cuenta que no son microempresarios de tiempo completo, sino más bien ocupaciones de subsistencia marginales”.

En el caso de los subordinados independientes, sólo el 60% trabaja en la oficina o casa del empleador, el 17% lo hace en un predio agrícola y el 13% en la calle o vía pública. Es decir, tanto la figura del cuenta propia se precariza al vulnerar su autonomía de trabajo (encadenamiento productivo periférico) como la de la subordinación al desempeñarse fuera de un lugar de trabajo entregado por el patrón o empleador.

De esta forma, los datos del estudio comprueban que más estrategias de emprendimiento o de flexibilidad funcional de asalariados, la condición de independiente refleja inestabilidad, precariedad, baja calificación y desprotección.