El cambio ministerial de Egipto no convenció a centenares de personas que se encontraban ocupando la plaza Tahrir de El Cairo el viernes al comienzo de la tarde.

“Esperábamos un gobierno que expresara nuestras peticiones y las aplicara”, declaró el jeque Mazhar Shabeen, que dirige cada viernes la tradicional oración musulmana en este gran espacio del centro de la ciudad.

“Pero por una razón que ignoramos, insisten en imponernos los miembros del antiguo régimen”, lamentó, hablando ante los manifestantes no obstante menos numerosos que en las semanas precedentes.

El religioso reiteró las demandas de los manifestantes: más justicia social, una justicia más firme y rápida para los responsables del régimen del presidente derrocado Hosni Mubarak y el fin de la utilización de los tribunales militares para juzgar a los civiles. “No pedimos lo imposible”, concluyó.

Un nuevo gabinete entró el jueves en funciones en Egipto, con nuevos titulares en Relaciones Exteriores y Finanzas, aunque sin haber prescindido de figuras cuestionadas por los manifestantes por su proximidad con el depuesto régimen de Hosni Mubarak.

Una docena de ministros conservaron sus cargos y quince ingresaron en el gobierno del primer ministro Esam Sharaf.