La polémica “reventó” este sábado en Alemania, tras la atribución al primer ministro ruso, Vladimir Putin, de un premio destinado a galardonar a “espíritus esclarecidos”, lo que generó molestia entre algunos de los laureados en años anteriores.

El artista danés Olafur Eliasson, galardonado el año pasado, devolvió ya su premio, indicó la galería Neugerriemschneider, que lo representa en Berlín.

Según el periódico Tagesspiegel, que cita “círculos de ex disidentes de Praga”, Vaclav Havel, laureado en 2009, “se plantea seriamente” hacer lo mismo. Según otro periódico, el Bild am Sonntag (BamS), Havel habría dado a los organizadores un “ultimátum” hasta el lunes para que modifiquen su decisión. El mensaje de Havel habría sido transmitido por el embajador checo en Alemania.

El encargado de misión del gobierno alemán para los derechos humanos, Markus Löning, declaró al Tagesspiegel que “saludaría el hecho de que Vladimir Putin no recibiera ese premio”.

El Premio Quádriga, otorgado anualmente por la organización privada Werkstatt Deutschland en ocasión del aniversario de la reunificación alemana, está destinado a recompensar “modelos ejemplares de espíritus esclarecidos y de esfuerzos por el bien público”.

La decisión de Werkstatt Deutschland de laurear este año a Putin tras “un ardiente debate” entre los 20 miembros del jurado, desencadenó una cascada de reacciones indignadas en el país.

Según el BamS, el comité directivo de la organización realizó una reunión de crisis y se plantea suspender la atribución del premio este año.