Las jóvenes selecciones de México y Costa Rica, representantes de la Concacaf eliminadas prematuramente de la Copa América Argentina-2011, se retiraron por la puerta de atrás sembrando interrogantes de cara al futuro debido a un choque de voluntades que excedió lo futbolístico.

En 2011 la Copa América chocó con los intereses de la Concacaf que exigió participación con todo el potencial en la Copa de Oro que se disputó en forma casi paralela en Estados Unidos.

La posición de Concacaf dio pie, por otro lado, a que clubes europeos se negaran a prestar futbolistas para la competición de la Conmebol.

Los mismos parámetros fueron aplicados para Costa Rica, que el pasado 17 de mayo decidió tomar el lugar que había dejado vacante Japón, afectado por problemas derivados del devastador sismo con posterior tsunami que arrasaron en marzo pasado el noreste del país asiático.

El combinado azteca dejó suelo argentino con tres derrotas a cuestas, contra Chile por 2-1 y ante Perú y Uruguay ambas por 1-0, convertido en el único participante que no logró sumar unidades. Ocupó la última plaza del certamen y por ende de su grupo, con un gol a favor y cuatro en contra en 270 minutos.

En sus siete participaciones anteriores, México fue dos veces finalista, en su debut en Ecuador-1993 y en Colombia-2001, y tercero en tres ocasiones (Bolivia-1997, Paraguay-1999 y Venezuela-2007), y nunca había quedado eliminado en la ronda inicial.

“No fue buena la imagen que dejamos. Los jugadores dejaron todo, pero pudimos haber dado más de lo que vimos”, dijo este jueves el seleccionador nacional Luis Fernando Tena en una conferencia de prensa ofrecida a su arribo a Ciudad de México.

México acudió al certamen con una selección Sub-22 reforzada por cinco jugadores, entre la que destacaban cuatro integrantes de la selección principal que en junio ganó la Copa de Oro de la Concacaf: Giovani Dos Santos (Tottenham, Inglaterra), Héctor Reynoso (Guadalajara), Paul Aguilar (América) e Hiram Mier (Monterrey).

“Jugar con una selección Sub-22 ante selecciones tan fuertes como Chile y perder 2-1 no es ningún fracaso. Sí creo que el equipo debió jugar mejor, eso me tiene molesto. Pero no debemos hacer un gran escándalo”, explicó el DT.

De su lado Costa Rica cumplió un papel algo más digno pero igualmente deficitario en Argentina-2011, donde concluyó tercero en su llave con tres puntos, producto de una victoria sobre Bolivia (2-0) y dos derrotas a manos de Colombia (1-0) y el anfitrión (3-0).

“La gente esperaba tres derrotas como esta”, dijo el seleccionador Ricardo La Volpe, quien advirtió que “en el momento que tengan más experiencia y partidos” como el que enfrentaron a Argentina, será un equipo de “cuidado”.

Sus tres antecedentes en el torneo marcaron la eliminación en primera fase en Bolivia-1997 y el pase a cuartos de final en Colombia-2001 y Perú-2004.

Los dirigidos por La Volpe acudieron al llamado de la Conmebol a último momento para llenar el hueco que dejó la renuncia de Japón.

En efecto, los ‘ticos’ fueron de la partida con un plantel de 17 jugadores Sub-23, más cinco refuerzos, y dejaron Sudamérica bajo un manto de dudas sobre la continuidad de su entrenador.

Otras en cambio, son las inquietudes que deberá analizar la propia Conmebol sobre el crédito que extenderá de futuro a las selecciones invitadas, para que a diferencia de la presente experiencia, coadyuven a jerarquizar la justa continental y refuercen su compromiso con la organización.