Dos sospechosos de haber participado en el asesinato del trovador argentino Facundo Cabral fueron detenidos la madrugada del martes, informó Diego Alvarez, portavoz de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

Los sospechosos, capturados en los suburbios sur de Ciudad de Guatemala, fueron “Elkin Vargas Hernández, el intermediario que consiguió a los sicarios, y Wilfred Stockes Arnold, quien estuvo en el lugar de los hechos”, dijo a la AFP el portavoz de la Cicig, organismo que colabora en las investigaciones.

Ambos detenidos fueron presentados este martes ante un juez para ser interrogados en la Torre de Tribunales (centro), de acuerdo con los procedimientos legales habituales.

Facundo Cabral fue asesinado en una emboscada la madrugada del sábado cuando sicarios que se desplazaban en tres vehículos atacaron con fusiles de asalto al todoterreno del empresario nicaragüense Henry Fariña, al parecer el blanco del ataque y quien se había ofrecido a trasladar al músico al aeropuerto.

Los restos del músico argentino, que tenía 74 años, fueron repatriados a Argentina la noche del lunes en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, los cuales llegaron este martes a su país natal.

Alvarez, en declaraciones paralelas a una radioemisiora, explicó que además de los dos capturados las investigaciones apuntan a que “son varias personas (las que se buscan) y al parecer hay de otros países involucradas, pero no puedo dar más detalles en este asunto para no dar a conocer las nacionalidades”.

El presidente guatemalteco Álvaro Colom había anunciado el lunes que al parecer, “sicarios de Nicaragua y Panamá” participaron en el atentado, por ello las autoridades locales han pedido a sus homólogas de esos países colaborar en las investigaciones.

Por su parte, el Ministerio Público guatemalteco (Fiscalía) cerró de forma temporal el club nocturno Elite, propiedad de Fariña, dijo a la AFP una fuente de ese organismo.

Los investigadores confiscaron documentos para extraer información del empresario, quien se encuentra recluido en un centro médico privado bajo fuerte custodia policial y a la espera de ser entrevistado por las autoridades por convertirse en testigo clave.

Promotor de espectáculos y dueño de locales nocturnos en cuatro países del istmo, Fariña había contratado a Cabral para actuar en Guatemala y Nicaragua, y conducía el vehículo todoterreno en el que fue acribillado el artista.