El este y centro de México fueron azotados este jueves por fuertes vientos y precipitaciones que han causado algunos deslaves y caída de árboles, luego que Arlene, la primera tormenta importante de la temporada del Atlántico, ingresó a territorio mexicano en la madrugada.

Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH), el ojo de la tormenta tropical, con vientos de hasta 100 km/h, se ubicaba a las 15H00 GMT cerca de Cabo Rojo, en norte del estado de Veracruz (este), que se mantiene en alerta roja desde la tarde del miércoles.

“Se espera que Arlene se disipe sobre las montañas del centro de México para el viernes o viernes en la noche”, agregó en su reporte el CNH.

Los puertos de Veracruz fueron cerrados a la navegación debido al fuerte oleaje, que alcanzó hasta seis metros, al tiempo que se suspendieron clases y algunas actividades laborales en la zona norte del estado, informó la secretaría de Protección Civil local.

Las autoridades locales y federales se mantienen atentas al comportamiento del nivel de los numerosos ríos que recorren Veracruz. El Ejército y la Marina Armada instalaron 398 refugios para una eventual evacuación de las comunidades cercanas.

Se espera que Arlene se debilite conforme se interne en tierra, aunque a su paso dejará una estela de nubosidad acompañada de lluvias especialmente en el centro de México, pero que se extenderán incluso a regiones de Guatemala y El Salvador.

La tormenta dejará entre 100 y 200 mm de lluvia en el este de México, con picos máximos de 380 mm en zonas montañosas. Esto equivale a una precipitación de hasta 380 litros de agua por metro cuadrado en 24 horas.

En 2010, buena parte de Veracruz quedó bajo el agua por el paso de los huracanes, en un año en que México vivió lo que el gobierno describió como la más intensa temporada de lluvias desde que hay registro, que dejó 125 muertos, casi un millón de damnificados y pérdidas superiores a los 4.000 millones de dólares.

El estado de Tamaulipas (noroeste), vecino de Veracruz en la costa del Golfo de México, fue declarado en alerta naranja y algunos de sus puertos permanecen cerrados por el intenso oleaje.

La zona sur de Tamaulipas era afectada por precipitaciones de mediana intensidad, que sin embargo han contribuido a la recuperación del nivel de ríos y represas que habían disminuido su caudal debido a una fuerte sequía que afecta al norte de México desde comienzos de este año.

En tanto, el estado de Puebla (centro) también era afectado por intensas precipitaciones que provocaron deslaves en una carretera y reblandecimiento de tierras en Eloxichitlán, una de las comunidades más pobres de México, causando destrozos en tres viviendas cuyos habitantes fueron enviados a un refugio.