Es prácticamente imposible encontrar acuerdo total cuando el técnico de la Selección Nacional entrega la nómina para un partido o para un torneo. Siempre o casi siempre, el “estratega” que llevamos dentro, nos reclama que falta alguien, a quien con razón o no, quien nomina debió tener en cuenta por sobre otro, ya sea por afinidad, por gusto o por manera de jugar.

Por Felipe Espina

Y por supuesto, los 23 nominados de Claudio Borghi para enfrentar la Copa América, no son la excepción a esa regla.

Vamos por parte y con el supuesto de que nadie es dueño de la verdad absoluta, cuestión que algunos olvidan por completo y pontifican en una actividad en la que creo, es imposible hacerlo. Pero eso es otro tema.

No fueron pocos los que cuestionaron la nominación de los Arqueros Raúl Olivares (Colo Colo) y Paulo Garcés por sobre Jhonny Herrera (U. de Chile), quien para la mayoría fue el mejor arquero del Torneo de Apertura. El argumento del cuerpo técnico es que teniendo un titular indiscutido, Claudio Bravo, y un suplente claramente definido, Miguel Pinto, no era justo para la trayectoria de Herrera ir a un torneo sabiendo que tendría casi nulas opciones de jugar. Bien o mal, decisión técnica.

Diego Rubio fue otro de los que, desde su nominación, tras la “auto marginación” de Mauricio Pinilla, generó también muchas dudas, aunque era más o menos claro que tendría muy pocas opciones de quedar en una nómina final (tal como ocurrió), tomando en cuenta su edad y que la idea central era que fuera “conociendo el ambiente Selección”, pensando quizás en las extensas y durísimas clasificatorias al Mundial de Brasil 2014. Situación similar a la Bruno Romo, quien también se quedó fuera del listado final.

Análisis aparte merece la confirmación de Gonzalo Fierro, por sobre Fernando Meneses, en la lista definitiva. Para ser simples; el volante por la derecha de la UC tiene ventaja por la regularidad que tuvo en el cuadro de la franja el primer semestre, (Fierro jugó muy poco en Brasil), y eso es un hecho indesmentible. Pero hay aspectos que uno a veces pasa por alto y creo es necesario tener presente. En aquel Colo Colo de 2006, bicampeón del torneo nacional y finalista de la Copa Sudamericana, Fierro era para Borghi el jugador clave de ese equipo. ¿Razón? Funcionalidad…En esta pasada, Borghi no busca rendimientos, sino que funciones.y en ese sentido la función de volante por la derecha Fierro la conoce de memoria y tiene la confianza más absoluta por parte del DT. Bien o mal, otra vez, decisión técnica.

Saber si las decisiones tomadas por Claudio Borghi y su cuerpo técnico fueron las correctas es muy difícil y sólo podremos medirlas, una vez que termine la Copa América o la participación de Chile en ella. Podemos no estar de acuerdo en algún nombre, y eso es válido, sano y además forma parte de la tan rica discusión futbolera. Pero creer que Borghi nominó a uno u otro porque es su “regalón”, porque es jugador de tal o cual representante o porque es el hijo de “su compadre”, me parece básico, simplista y hasta injusto con un proceso que recién parte y que esperemos, termine con la clasificación al mundial de Brasil.. La Copa América, es sólo el primer paso.