Cortes de electricidad, anulación de vuelos, paralización del transporte colectivo de Atenas, salvo el subterráneo, marcaban el inicio el martes de la huelga general de 48 horas en protesta contra el nuevo plan de austeridad presentado por el gobierno.

La calles de Atenas, donde al mediodía está prevista una manifestación, estaban casi vacías, lo que muestra un acatamiento bastante importante de la huelga.

En los aeropuertos numerosos vuelos interiores de las compañías griegas Aegean y Olympic Air fueron anulados debido a la huelga de los controladores aéreos.

En el El Pireo, el puerto de Atenas, unos 200 militantes de Pame, el sindicato de tendencia comunista, impidieron zarpar a varios barcos.

Se trata de la cuarta huelga general convocada por las dos grandes centrales sindicales, GSEE (sector privado) y Adedy (funcionarios).

Los huelguistas, más numerosos en el sector público que en el privado, rechazan el plan plurianual de austeridad 2012-2015 que el parlamento debe votar el miércoles o jueves próximos.

El plan prevé nuevos sacrificios para la población en aras de obtener una asistencia financiera de sus socios europeos y sus acreedores, en particular una nueva alza de los impuestos y tasas y la supresión de más empleos en la función pública.