Las autoridades afganas revisaron al alza el balance del atentado suicida con coche bomba perpetrado el sábado contra un hospital del centro de Afganistán, al afirmar que dejó 38 muertos, casi el doble del anuncio anterior.

El último balance era de 20 muertos, entre pacientes, visitantes y trabajadores del centro sanitario.

El gobierno había afirmado que era un atentado “sin precedentes” por el tipo de blanco elegido en casi diez años de guerra.

Los talibanes, cuyos kamikazes suelen atentar contra las fuerzas afganas e internacionales y también contra edificios administrativos, se apresuraron a negar la autoría del ataque perpetrado en la provincia de Logar, a 75 km al sur de Kabul, dos días después de que Estados Unidos anunciara el inicio de la retirada de sus tropas.