El ministro de la Defensa de Brasil, Nelson Jobin, llegó este viernes a Bogotá para revisar con su homólogo de Colombia, Rodrigo Rivera, la cooperación en seguridad en su frontera común de la Amazonia, amenazada por cultivos de coca y amapola y por la minería ilegal.

Jobim sostiene la mañana de este viernes una reunión con Rivera para evaluar un acuerdo fronterizo que busca garantizar la sostenibilidad de esa región selvática.

Luego viajará a Medellín (400 km al noroeste de Bogotá), donde se entrevistará con el presidente Juan Manuel Santos y le acompañará en la ceremonia de promulgación de una ley de seguridad ciudadana.

“Vamos a cuidar la cuenca de la Amazonia, nosotros y solamente nosotros. Queremos que la frontera no sea un instrumento de protección para los delincuentes, sino que sirva de instrumento a los países vecinos en el combate a ese tipo de situaciones”, dijo Jobim, quien como primera actividad depositó una ofrenda floral ante el monumento al soldado caído.

“Esto es importante porque estamos empezando un plan para la protección de toda la frontera brasileña de 16.800 km. La política que tenemos que desarrollar en América del Sur es de cooperación de todos nuestros países para que el subcontinente tenga una estrategia de disuasión”, añadió Jobim.

Brasil y Colombia comparten una frontera de 1.645 km, donde se conjugan “todas las amenazas del crimen internacional”, según el ministro colombiano.

“La Amazonia está en risgo no solo por los cultivos de coca y amapola. También hay una depredación sistemática de la flora y la fauna por la minería ilegal, y es zona de trata de personas migrantes”, dijo Rivera.

“Queremos tener un plan binacional de seguridad fronteriza que garantice una especie de blindaje fronterizo”, añadió.

Desde el año pasado las fuerzas militares de Colombia y Brasil, junto a Perú, realizan operaciones conjuntas en su frontera común de la Amazonia como parte de sus acuerdos de cooperación en seguridad en esa zona.