En una misiva publicada en el sitio web www.academicosudec.cl, los docentes e investigadores de la Universidad de Concepción (UdeC) rechazaron la reforma a la educación superior impulsada por el gobierno, destacando que de continuar, se pondría en riesgo la misma supervivencia de la tradicional casa de estudios.

Según establecen los académicos, la educación superior chilena se encuentra en su mayor crisis desde 1981, cuando fue implantado el sistema de autofinanciamiento universitario. En el mismo sentido, se identifica el lucro como la causa de su deterioro, en lo que califican como una asociación “peligrosa, negativa y hasta perversa”.

“Es sorprendente e injusto el gasto de hasta un 70% del total del presupuesto asignado a educación en el que incurren las familias chilenas para educar a sus hijos e hijas, entre otras falencias del sistema”, explican.

En el texto, los docentes afirman que no es compatible poder acoger a los alumnos que provienen desde los sectores más postergados de la sociedad, con el escaso apoyo que hoy brinda el Estado.

“Creemos que de no modificarse el actual estado de cosas, la Universidad de Concepción corre serios riesgos para continuar con su larga y constante tarea de formar profesionales, intelectuales y científicos y científicas que contribuyen decididamente al desarrollo de la región y el país”.

Finalmente, los académicos hacen un llamado a establecer verdaderas instancias de diálogo entre autoridades, estudiantes y funcionarios, así como a adherir a las próximas jornadas de discusión, agendadas para este jueves 23 de junio.

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Ciudad Universitaria, 22 de junio de 2011

Los académicos y académicas de la Universidad de Concepción, pertenecientes a distintas facultades de esta Casa de Estudios, abajo firmantes, frente a la actual situación universitaria chilena, declaran lo siguiente:

1. Constatamos que la comunidad universitaria nacional, regional y local se encuentra en total acuerdo respecto a la gravedad de la crisis de la educación terciaria en el país, sin duda, la más preocupante desde el año 1981, cuando se inició el sistema de autofinanciamiento universitario. El consenso de la comunidad chilena se manifiesta mayoritariamente: en la percepción del deterioro de la educación superior; en la apreciación de que la formación universitaria vinculada con el lucro constituye una peligrosa, negativa y hasta perversa asociación; en el insuficiente gasto público del estado, cuya inversión en la formación universitaria sólo alcanza un 0,3% del PIB; en el hecho de que la reforma impulsada por el actual gobierno continuará acentuando la profunda inequidad del sistema educacional chileno, incluyendo –naturalmente- a las universidades del país; en el sorprendente e injusto gasto de hasta un 70%, del total del presupuesto asignado a educación, en el que incurren las familias chilenas para educar a sus hijos e hijas, entre otras falencias del sistema.

2. Siguiendo los mismos planteamientos de nuestras máximas autoridades universitarias, creemos que de no modificarse el actual estado de cosas, la Universidad de Concepción corre serios riesgos para continuar con su larga y constante tarea de formar profesionales, intelectuales y científicos y científicas que contribuyen decididamente al desarrollo de la región y el país. Frente a ello, reafirmamos la vocación esencialmente pública de la Universidad de Concepción, al formar a estudiantes que provienen mayoritariamente de sectores más postergados y constituir una de las pocas instituciones de educación superior de Chile verdaderamente universitaria, esto es, con docencia de calidad, investigación de alto impacto, al servicio de las reales necesidades del país y con
extensión que contribuye al desarrollo de la cultura y las artes regionales y nacionales.

3. Resulta una lamentable paradoja comprobar que las políticas universitarias que se siguen implementando sólo permiten el desmantelamiento de universidades, como la nuestra, que buscan, precisamente, aportar de modo real a terminar con las inequidades que provoca un sistema desgastado y en crisis. Por lo mismo, hacemos un llamado a establecer un diálogo abierto, fructífero, comprometido con el desarrollo social del país, de académicos, académicas, estudiantes, funcionarias y funcionarios, en conjunto con nuestras autoridades, así como a generar, entre los académicos, mecanismos de organización y participación democrática que se aboquen a buscar soluciones a los graves problemas por los que atraviesa la educación superior.

4. Por último, llamamos a adherir a las iniciativas de discusión ya en marcha de estudiantes, administrativos y académicos y académicas, como el llamado para el jueves 23 de junio, convocado por los Sindicatos 1 y 3 de la Universidad de Concepción.