Giorgio Armani, que clausuró los desfiles del prêt-a-porter masculino para la primavera-verano 2012, sucumbió a la epidemia de telas de cuadros que cayó sobre Milán, mientras que Dsquared2 decidió desnudar a los hombres para vestirlos mejor.

La chaqueta cruzada, clásica de la casa Armani, se adorna con pequeños cuadros, pero también los pequeños suéteres pegados al cuerpo presentados en dos versiones: cuadros negros y grises o azul índigo y marino.

Los pantalones con pinzas, que resaltan la cintura, llegan hasta los tobillos (cuidado con las picadas de mosquito) con una pizca de sarauel al nivel de la entrepierna para un aspecto más grácil.

Del lado de los calzados nos gustan las alpargatas y la suelas en crepé. En lo que respecta a los cabellos se prefiere la gomina para peinarse hacia atrás (dandy años 30). Precisión: en la casa Armani, las alpargatas no son en tela, sino en terciopelo o gamuza, algo mucho más refinado.

La chaqueta de colegial inglés ha reaparecido, pero también la pequeña locura con materias brillantes para la parte superior del cuerpo que atraerá todas las miradas. La camisa blanca no duda en salir del pantalón para flotar sobre las nalgas.

Los estampados, otra gran tendencia de la temporada, también están muy presentes: una suntuosa camisa (¿de seda?) de motivos geométricos en zigzag azules y blancos acompaña un sarauel marino para un cóctel en terraza.

“El estampado, utilizado tanto para las camisas como para los pantalones, crea un efecto visual interesante, alargando y aligerando al mismo tiempo la silueta”, explicó doctamente el rey de los modistas italianos, quien vino a saludar al público al final del desfile en camiseta azul y tenis blancos.

En las primeras horas, los gemelos canadienses de Dsquared2, Dean et Dan Caten, despertaron a los adoradores de la moda aletargados tras tres días de desfiles y de fiestas con un espectáculo que parecía más un show que el tradicional contoneo de los modelos.

Cuatro cuadros vivientes se sucedieron. Se comienza suavemente con los gritos de las gaviotas con un puerto escandinavo como telón de fondo.

Displicentes marineros exhiben una paleta de colores chillones (amarillo, rosado, verde, naranja) presentando una apariencia deportiva. La parte inferior de los pantalones se hunde en los calcetines bi y tricolores.

Estampados de motivos de camuflaje militar, así como también cuadros escoceses, completan las piezas monocromas, sobre todo los espesos suéteres muy cómodos. Para los menos exhibicionistas, algunos modelos kaki/marrón/beige.

El verano es sinónimo de playa, y pensando en Grecia (a causa de la crisis) viajamos a Mykonos (está escrito en la pantaleta de baño!): micro-shorts de cintura baja que deja ver el calzón, camisilla roja de pequeños huecos y pectorales para exhibir… La piel es el vestido.

Tercera etapa, Italia y sus vestidos bien cortados para deambular por las calles de Florencia: chaqueta cruzada inmaculada con pantalón azul marino, un clásico suavizado por la camiseta en V, bastante abierta, también blanca. Y como accesorio un pequeño Borsalino y mocasines.

La chaquetilla para llevar de viaje el fin de semana existe en verde tierno, rojo o parma.