Casi 4.000 militares continuaban la noche de este sábado la intervención de la cárcel de El Rodeo, en el norte de Venezuela, pero eran repelidos por más de mil reclusos que se niegan a rendirse, informó el ministro del Interior, Tareck El Aissami.

“Resistiremos el tiempo que sea necesario. Evidentemente hay condiciones desfavorables para ellos. Sabemos que debe llegar el momento en que ellos se rindan, entreguen sus armas (para) inmediatamente nosotros empezar a asistir a toda la población privada de libertad”, dijo El Aissami.

En declaraciones al canal multiestatal Telesur, el ministro señaló que las exigencias de este grupo de presos -que las fuerzas del orden se retiren de la cárcel- “son condiciones negadas”, y los instó nuevamente a deponer las armas.

En la operación policial iniciada la madrugada del viernes, las autoridades tomaron el control de 70% de los cerca de 4.700 reclusos del penal, que tiene una capacidad de solo 750.

Dos efectivos de la Guardia Nacional y un recluso fallecieron, y otras 24 personas resultaron heridas en la toma.

Sin electricidad, otros 1.300 reos se negaban a entregarse y hacían disparos este sábado contra los 3.500 funcionarios de la Guardia Nacional y unos 400 paracaidistas del Ejército que controlan el perímetro del establecimiento penitenciario, según las autoridades.

A las afueras de la cárcel, varias decenas de familiares de los presos vivían momentos de incertidumbre ante la falta de información y eran repelidos por la Guardia Nacional con chorros de agua y gases lacrimógenos.

En El Rodeo los funcionarios decomisaron decenas de armas -escopetas, fusiles, granadas, pistolas-, así como 5.000 cartuchos de fusil, droga y un centenar de teléfonos celulares.

“El ingreso de las armas forma parte del deterioro institucional (…) y la complicidad de custodias interna y externa, y mafias” en las cárceles venezolanas, reconoció El Aissami, que esta semana anunció la creación de un ministerio para la atención penitenciaria.

En El Rodeo, a unos 40 km de Caracas, esta semana 21 presos y un visitante murieron en un combate armado entre los reos.

El enfrentamiento fue el más violento registrado en el interior de un centro de detención en Venezuela desde 1999.

El Rodeo refleja la violencia y el hacinamiento que sufren las cárceles venezolanas, donde hay 50.000 presos, una cifra tres veces superior a la capacidad de las prisiones del país, según organizaciones humanitarias.