Sin ni siquiera haber terminado, el proceso de selección del nuevo director general del FMI ya ha defraudado a aquellos que esperaban un cambio en la dirección de la institución.

Al lanzar el proceso de selección el 20 de mayo, el FMI había prometido “que la selección del próximo director general se haría de manera abierta, transparente y fundada en el mérito”.

En cuanto a la transparencia, el FMI tiene aún progresos por realizar. A pesar de que ya seleccionó oficialmente el viernes al mexicano Agustín Carstens y la francesa Christine Lagarde, aún no ha anunciado cuándo los entrevistará.

Además, los 24 miembros del consejo de administración, una mujer y 23 hombres, encargado de designar por consenso a su nuevo jefe, responden rara vez a las preguntas de la prensa.

Únicamente una pequeña minoría se expresa públicamente, entre ellos el hindú Arvind Virmani.

Según Virmani, Lagarde es la favorita: “veo poca o ninguna posibilidad de que el resultado sea diferente de lo que ha sido estas últimas décadas”, una victoria europea.

En cuanto a la apertura, es mínima.

En comparación al procedimiento que había permitido escoger al francés Dominique Strauss-Kahn en 2007, el consejo de administración introdujo únicamente una innovación: los candidatos, en lugar de ser presentados por los 24 miembros del consejo de administración, podían ser presentados por los 187 Estados miembros del FMI.

Al final, el FMI recibió solamente dos candidaturas validas. Entre ellas, la candidatura de Lagarde, identica a las candidaturas que se impusieron sistemáticamente desde 1946: europea y aprobada por Estados Unidos.

La predicción emitida en agosto 2007 por el primer ministro del Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, quien había lanzado la candidatura de Strauss-Kahn, fue rápidamente olvidada (“El próximo director, con toda seguridad, no será europeo”).

Asimismo, la idea de una competición verdaderamente mundial fue rápidamente olvidada. “Mi visión de un proceso abierto habría sido poder contar con 10 o 12 candidatos y que el consejo de administración seleccione a cinco o seis para las audiciones”, dijo el economista estadounidense Colin Bradford a la AFP.

Sin embargo, las críticas más fuertes fueron emitidas por las ONG que vigilan las actividades del FMI y militan a favor de reducir la influencia occidental en la institución.

“El nombre del director general del FMI no es escogido por el consejo de administración, no es ni siquiera escogido por Washington. Pienso que fue escogido en los salones parisinos”, deplora Sarah Wynn-Williams, directora encargada de las relaciones con el FMI de la Oxfam, interrogada por la AFP.

Estas instituciones no gubernamentales crearon el 12 de mayo, dos días antes que estallé el caso en el que se acusa a Strauss-Kahn de crimen sexual, un sitio internet sobre su sucesión llamado “IFM Boss” (jefe del FMI).