La muerte de un niño de 12 años que probó galletas envenenadas por dos compañeras que en realidad querían matar a otras dos adolescentes, estremece a Brasil, que debate proyectos para luchar contra la cada vez más frecuente violencia en las escuelas.

La semana pasada, Emerson Gomes da Silva comió por error las galletas que dos compañeras de 13 y 14 años habían preparado con veneno para ratas. Las jóvenes confesaron haber colocado la dosis mortal de veneno pero aclararon que con ellas no querían perjudicar al joven sino a otras dos alumnas rivales.

Las autoridades detuvieron el martes a las dos responsables, que permanecen en un reclusorio para menores a la espera de un juicio por homicidio calificado, que contempla penas de hasta tres años de prisión.

Según Mariana Villas Boas, de la comisaría local, no era la primera vez que las dos jóvenes -hasta ahora anónimas- atentaban contra la vida de sus enemigas escolares. En otra oportunidad, ya habían colocado veneno en un sándwich y una gaseosa.

En este último intento, Emerson tan solo debía entregar los bizcochos pero como desconocía el plan los probó antes de cumplir con la encomienda.

“Comenzó a sentirse mal en la escuela, una de las niñas se dio cuenta de que podría haber sido por las galletas y se quedó con él para evitar que dijera algo y así lo mantuvo hasta la hora de la salida. Al llegar a casa, los dolores y los vómitos eran insoportables”, narró a la AFP Mario Gomes, padre de Emerson.

“En un momento él le dijo ‘creo que estoy muriendo’. Si ella hubiera pedido ayuda, mi hijo estaría con vida”, zanjó el padre compungido.

Los médicos advirtieron a los padres que el pequeño presentaba síntomas de envenenamiento. El Instituto Médico Legal (IML) tiene hasta 30 días para confirmar a la justicia la causa de la muerte.

Emerson Gomes da Silva murió el martes de la semana pasada y su entierro tuvo lugar dos días después. El caso fue revelado por la prensa brasileña el lunes.